Dos sobrinos de la primera dama de Venezuela arrestados en noviembre y que enfrentan cargos de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos confesaron a agentes estadunidenses estar involucrados en planes de narcotráfico, según registros judiciales.
Los detalles de las confesiones de Franqui Francisco Flores de Freitas, de 30 años, y de Efraín Antonio Campo Flores, de 29 años, figuran en documentos que fiscales estadunidenses presentaron el viernes por la noche en la corte federal de Manhattan.
Los papeles incluyen sumarios de entrevistas de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés) realizadas durante un vuelo el 10 de noviembre hacia Nueva York desde Haití, donde las autoridades arrestaron a los dos sobrinos de Cilia Flores, la esposa del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Los sumarios fueron presentados como prueba para una moción de los fiscales que se oponen a un intento de los acusados de que se mantengan en reserva las declaraciones que formularon tras su arresto, bajo el argumento de que no entendían completamente sus derechos bajo la ley estadounidense de permanecer en silencio.
Ambos han permanecido detenidos sin fianza desde que en noviembre de 2015 fueron arrestados y acusados de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos.
Según los registros de la DEA, Campo Flores dijo que planeaban obtener la cocaína de un individuo que a su vez la recibía del grupo rebelde colombiano Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Al ser consultado por qué se involucró en el plan, Flores de Freitas dijo: "Para ganar dinero". Específicamente, esperaba que la primera carga recaudara 5 millones de dólares, con una ganancia personal de 560 mil dólares, según los registros.
Los fiscales revelaron que ambos esperaban que una serie de cargamentos de droga en los que estarían involucrados generara 20 millones de dólares. Un abogado de Campo Flores declinó formular comentarios, mientras que el representante legal de Flores de Freitas no respondió a una solicitud para comentar.
Los fiscales acusan a los sobrinos de trabajar con otros para tratar de enviar 800 kilos de cocaína desde Venezuela a Honduras para que la droga pudiera ser importada en Estados Unidos.
El caso es uno de una serie de acciones e investigaciones de autoridades estadunidenses que han vinculado con el narcotráfico a individuos relacionados con el Gobierno venezolano. El caso de los sobrinos ha sido una vergüenza para Maduro, que enfrenta una crisis política y económica en Venezuela.