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Tina Louise por fin escapó de 'La Isla de Gilligan'

The New York Times

Televisión. De 1964 a 1967 fue Ginger, uno de los personajes que naufragaron en la serie que fue la favorita de la generación X en sus repeticiones de los 80. Hoy no le gusta hablar de esas épocas

Abby Ellin
The New York Times /

La estrella de televisión de ojos verdes con el lunar en la mejilla se presenta todos los miércoles en una escuela del Upper East Side de Manhattan. Durante una hora, la maestra Tina, como la llaman los alumnos y profesores, se dedica a un par de niños de siete años que tienen dificultades para leer. Repasan los libros que les da la profesora, como “¡Todos a bordo!” o “Cómo atrapar a una bruja”. Cuando acaba su tiempo, Tina se va a casa.

Ninguno de los niños tendrá idea de que Ginger de La isla de Gilligan —en la vida real, la actriz Tina Louise— acaba de pasar con ellos los mejores 60 minutos de su semana.

La serie se grabó a finales de los 60 y se retransmitió en los 80. AP
La serie se grabó a finales de los 60 y se retransmitió en los 80. AP

A Louise no le gusta hablar del programa de televisión que la hizo famosa. No le apetece recordar los años entre 1964 y 1967, cuando se vio abandonada a su suerte con seis bichos raros y un baúl lleno de vestidos de lentejuelas.

Durante sus 98 episodios, La isla de Gilligan fue un éxito del horario estelar y se convirtió en una piedra angular de la generación X con las repeticiones. (La pregunta “¿Ginger o Mary Ann?” aún puede evocar un debate apasionado entre los hombres de cierta edad). En cuanto a Louise, apenas puede pronunciar el nombre del programa, refiriéndose a él como “I.G.” o “la serie”.

No es que se arrepienta, aunque ella y el reparto nunca recibieron regalías. “Estoy muy agradecida por todo lo que me ha ocurrido y por las oportunidades que he tenido”, afirmó en una conversación reciente desde su modesto apartamento de una habitación en Manhattan.

Ella es la última integrante viva del reparto de la serie, y hace poco celebró un cumpleaños del que preferiría no hablar. (“Cumplí 29 años”, dijo tímidamente.) Sigue conservando la belleza característica que la hizo famosa, que ahora exhibe con pantalones de mezclilla y camisetas negras en lugar de vestidos elegantes.

Había pocas señales de que su apartamento fuera la casa de un icono de la televisión. Había tres cuadros suyos de la época de la serie y una foto glamorosa de su boda con el locutor de radio y presentador de televisión Les Crane (se divorciaron en 1971 y él murió en 2008). En las estanterías había sobre todo fotos de su hija, la novelista Caprice Crane, y de sus nietos gemelos.

Tina Louise da clases particulares a alumnos de una escuela pública de Manhattan el 22 de enero de 2025. Amir Hamja/ The New York Times

Suele recibir cartas de admiradores, las cuales agradece, y a menudo la reconocen en la calle. Sin embargo, se niega a que la definan por ese papel, que era una mezcla entre Marilyn Monroe, Lucille Ball y Jessica Rabbit. “Me gustaría que me conocieran por otras cosas”, confesó.

Esas otras cosas incluyen un papel en el drama de 1958 La pequeña tierra de Dios, por el que ganó un Globo de Oro; un álbum en solitario, It’s Time for Tina, en el que cantó en tono susurrante clásicos como I’m in the Mood for Love y Embraceable You; estudiar con Lee Strasberg como miembro del Actors Studio; cinco obras de Broadway, incluida Fade Out-Fade In, con Carol Burnett (que Louise dejó para unirse al elenco de “la serie” en 1964).

Después de Gilligan, apareció en la versión original de Las esposas de Stepford en 1975, y más tarde escribió dos libros infantiles. También publicó unas memorias, tituladas Sunday, en 1997. (La versión en audiolibro, a la cual prestó su voz, salió en 2023).

El libro no está lleno de chismes sobre la vida en Hollywood; a Louise no le interesa eso. “Podrán escribir lo que quieran sobre mí cuando esté muerta”, declaró.

En cambio, sus memorias cubren tres años muy infelices que una chica llamada Tina Blacker pasó en el Ardsley Heights Country School and Camp for Girls, un internado en Ardsley, Nueva York.

Sus memorias

Su madre, Sylvia Horn, tenía 18 años cuando Tina nació; su padre, Joseph Blacker, era 10 años mayor. Cuando Tina tenía cuatro años, sus padres se divorciaron. Incapaz de cuidar de ella, su madre la envió a Ardsley. El domingo, el día de las visitas, era el único momento positivo, pero sus padres no siempre iban a verla. Una vez llegaron el mismo día y se produjo una pelea feroz. La soledad de Tina era palpable. “No tenía abrazos —narró—. No tenía situaciones de cariño”.

Dejó Ardsley a los nueve años y se fue a vivir con su padre y su nueva esposa. Estaba contenta. Ese era su primer hogar de verdad y deseaba quedarse allí. Pero cuando Tina cumplió 11 años, su madre, que para entonces se había casado con un médico rico (el tercero de sus cuatro maridos), quiso que viviera con ellos en su lujosa casa del Upper East Side.

“Fue como pasar de Un árbol crece en Brooklyn a Eloise en el Plaza”, relató Louise, y añadió que no recordaba haber vivido con su madre antes de ese momento. Una vez instalada, su madre la hizo llamar a su padre para decirle que lo mejor era que no volvieran a verse. Tina no volvió a verlo sino hasta que se estrenó La pequeña tierra de Dios, cuando ya era Tina Louise, una estrella en ciernes.

En 1996, tras leer un artículo sobre el descenso de la capacidad lectora de los alumnos, Louise se unió a Learning Leaders, una organización sin ánimo de lucro que formaba a voluntarios para dar clases particulares a alumnos de escuelas públicas de los cinco distritos de la ciudad de Nueva York. Durante las dos décadas siguientes, Louise trabajó diligentemente con los alumnos, animándoles con voz meliflua.

Después de que la organización perdió su financiamiento hace unos años, Louise se puso en contacto con el director de la escuela donde ella cursó el séptimo y octavo grado para ver si podía ayudar por su cuenta.

Louise no falta por nada a la escuela. “Me encanta estar en su presencia durante una hora. Es mejor que las vitaminas —afirmó la otrora estrella de Hollywood—. No puedo cambiar las experiencias de mi pasado, pero aparte de estar con mi familia, hacer esto es muy especial para mí”.

Su trabajo con los niños también la inspiró a escribir dos libros: When I Grow Up y What Does a Bee Do?. El libro de la abeja surgió tras una conversación con algunos alumnos.

“Les pregunté: ‘¿Ustedes saben qué hacen las abejas?’. Y todos respondieron: ‘¡Picar!’. Y yo les dije: ‘No, no pican. La avispa es la que pica. Las abejas no hacen eso. Nos alimentan. Nos dan todas estas verduras y frutas’”, explicó.

Sin saberlo, Louise había establecido un vínculo entre su antigua y su nueva vida. En un episodio de La isla de Gilligan, Ginger, Mary Ann y Lovey Howell forman un grupo musical llamado las Abejitas. Al recordarlo, Louise se quedó callada un momento y luego soltó una risita.

“Qué gracioso. Lo había olvidado”, reconoció. 

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