El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, confirmó que al menos 63 canadienses murieron en el accidente de un Boeing 737-800 de la aerolínea ucraniana UIA, que se estrelló cerca de Teherán poco después de despegar de la capital iraní.
Trudeau afirmó en un comunicado que el accidente, ocurrido la madrugada del martes, "costó la vida de 176 personas, incluidas 63 canadienses".
"En nombre del gobierno de Canadá, Sophie (la esposa de Trudeau) y yo ofrecemos nuestras más profundas condolencias a los que han perdido familiares, amigos y seres queridos en esta tragedia", declaró el primer ministro canadiense.
Trudeau también dijo que colaborarán para esclarecer las causa del accidente y garantizar que sea investigado minuciosamente.
Las autoridades iraníes informaron que no proporcionarán las cajas negras del avión a Boeing y que el suceso será investigado por Irán y Ucrania.
El ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Francois-Philippe Champagne, informó en Twitter que, entre los 176 fallecidos -167 pasajeros y nueve tripulantes-, había "muchos canadienses".
De acuerdo con las autoridades ucranianas, además de los 63 canadienses, entre las víctimas hay 82 iraníes, 11 ucranianos (dos pasajeros y nueve tripulantes), 10 suecos, 4 afganos, 3 alemanes y 3 británicos.
El periódico The Globe and Mail precisó que la mayoría de los canadienses fallecidos eran estudiantes que regresaban a Canadá tras pasar las vacaciones en Irán. UIA ofrece una de las tarifas más baratas para aquellos que viajan entre Toronto y Teherán.
El Boeing 737-800 con destino a Kiev salió del aeropuerto internacional iraní Imán Jomeiní y minutos después del despegue se precipitó al suelo por razones que aún se desconocen.
Aunque inicialmente las autoridades ucranianas dijeron que el accidente había sido fruto de la falla de uno de los motores de la aeronave, Kiev posteriormente eliminó esa declaración y pidió cautela mientras se investigan las causas de la mayor catástrofe aérea en la historia reciente del país.
grb