Aunque ha recibido poca atención pública fuera de Estados Unidos, la reciente renovación de Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA) otorgó al gobierno estadunidense poderes adicionales para realizar operaciones de espionaje contra los cárteles del tráfico de drogas dedicados al trasiego de fentanilo en Estados Unidos.
La expansión de la Sección 702 de la Ley, que en su redacción original limitaba la capacidad de las agencias de espionaje para perseguir a organizaciones criminales en México y China a cargo de la producción de píldoras sintética, ahora permitirá a agencias como la CIA apuntar a los narcotraficantes extranjeros para permitirle al gobierno detener de manera más efectiva el flujo de narcóticos como el fentanilo hacia los Estados Unidos.
Anteriormente, las agencias de la Comunidad de Inteligencia (CI) de Estados Unidos sólo podían perseguir a lós cárteles de las drogas si sus acciones tenian vinculacion gobiernos extranjeros y entidades relacionada, lucha contra el terrorismo y lucha contra la proliferación.
Pero ahora existirá la categoría específica de “tráfico internacional de narcóticos” para investigar a los cárteles de las drogas sin que tengan que existir limitantes para que se autoricen las tareas de espionaje.
La Comunidad de Inteligencia (CI) de Estados Unidos incluye a la súper poderosa Agencia Nacional de Seguridad (NSA), la CIA, el FBI, la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial, la Oficina Nacional de Reconocimiento y el Comando de Inteligencia y Seguridad del Ejército estadounidense, entre otras.
La renovación de FISA cayó como anillo en el dedo para el declarado propósito de Trump de enfrentar frontalmente a los cárteles mexicanos.
“Los cárteles de la droga están librando una guerra contra Estados Unidos, y ahora es el momento de que Estados Unidos declare la guerra a los cárteles”, dijo durante su reciente campaña presidencial.
“Cuando sea presidente, la política de Estados Unidos será acabar con los cárteles, tal como acabamos con ISIS y su califato, y tal como, a diferencia de la situación en la que nos encontramos hoy, teníamos una frontera muy, muy fuerte”, remató Trump.
Uno de los principales promotores de la expansión de poderes de FISA específicamente contra las organizaciones criminales transnacionales ha sido el legislador rapublicano y ex Navy Seal Dan Crenshaw, quien la semana pasada pasó de crítico del pasado gobierno mexicano a apologista del actual, tras el megademiso de drogas al cártel de Sinaloa.
“Vale la pena destacar algunas acciones muy audaces por parte de México contra la operación de fentanilo del cártel de Sinaloa desde que la presidenta Sheinbaum asumió el poder. Y el nuevo secretario de Seguridad Interior, Omar Harfuch, es un hombre de primera”, escribió en su cuenta personal de X.
“No está de más que el Congreso también haya aprobado mi enmienda como ley que permite la recolección de información de la FISA sobre los cárteles y los productores chinos de precursores. Hay un gran impulso positivo en la lucha contra los cárteles”.
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La enmienda de Crenshaw, basada en la Ley de Mejora de la Recopilación de Inteligencia sobre Traficantes de Drogas Extranjeros de 2024, permitió agregar el tráfico internacional de narcóticos a la definición de "información de inteligencia extranjera" bajo FISA.
Crenshaw espera que la legislación allane el camino para que el gobierno de Estados Unidos busque, y para que el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera apruebe, la creación de una cuarta certificación centrada en la producción, distribución y financiación internacional de drogas como el fentanilo.