La carrera para las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos arrancará hoy, cuando Donald Trump hará oficial su intención de contender por un segundo mandato en Florida, el estado donde tiene su refugio, Mar-a-Lago, y que en 2016 contribuyó de forma notable con su triunfo.
Los primeros resultados a favor de Trump en los comicios de hace tres años en Florida fueron un indicio anticipado de lo que fue su triunfo fuera de todo pronóstico. En 2008, en una votación de mitad de término malísima para los republicanos en casi todo EU en las legislativas, este estado del golfo de México apoyó a un gobernador de ese partido y les dio una banca en el Senado arrebatada a los demócratas.
Pero los triunfos republicanos de los últimos tiempos fueron por márgenes muy exiguos y ambos partidos se preparan para una batalla campal, y costosa, en Florida.
Con 14 millones de votantes, Florida es un estado “pendular” –a veces para los republicanos, a veces para los demócratas– que suele mantener en vilo al país con sufragios dirimidos por márgenes muy estrechos.
Tan estrechos que, en las elecciones de medio mandato, tres importantes cargos estatales tuvieron que ser recontados.
Hoy, Trump presentará en Orlando el arranque de su campaña rumbo a la reelección por un segundo mandato.
El miércoles pasado, Trump se felicitó en un tuit porque había 74 mil solicitudes de entradas para el Amway Center, el anfiteatro en Orlando con capacidad para 20 mil personas donde anunciará hoy su candidatura.
Será un proceso largo de aproximadamente año y medio, hasta obtener al menos 270 de los 538 votos del Colegio Electoral en los comicios del martes 3 noviembre de 2020 y llegar a la juramentación el 20 de enero del año siguiente.
Conforme al sistema indirecto que rige en EU, los ciudadanos acuden a las urnas el primer martes de noviembre de cada cuatro años, aunque con su voto, el popular, solo definen a los integrantes del Colegio Electoral, el órgano en el que delegados demócratas y republicanos deciden quién ocupará la presidencia.
En los comicios de 2016, la demócrata Hillary Clinton ganó en voto popular casi con tres millones de diferencia sobre Trump. Sin embargo, cuando estos votos se reflejaron en los delegados asistentes al Colegio Electoral, el resultado mayoritario para la demócrata se revirtió en favor del republicano, con 306 votos en favor de Trump y solo 232 para Clinton.
A Trump le costará mucho conservar la presidencia si no gana los 29 votos electorales de ese estado.
Florida es el estado que más veces ha visitado Trump, en parte porque sigue teniendo varios clubes de golf aquí. Sus allegados dicen que también siente mucha afinidad con los entusiastas partidarios de esa entidad que asisten a sus actos.
Es por ello que en febrero del 2017 anunció que buscaba la reelección y que ahora, 28 meses después, regresa para lanzar de manera formal su candidatura.
Trump ha usado el poder de la presidencia para prestar especial atención a Florida. Durante un acto en Panama City Beach en mayo pasado, prometió a los votantes más ayuda para asistir con la reconstrucción de los daños causados por un huracán y para construir un puente si es reelegido.
Algunos colaboradores del mandatario admiten que ganar de nuevo Florida no es fácil. Sondeos de Priorities USA indican que los residentes de este estado ven con buenos ojos la economía, pero piensan que a Trump le interesan más los ricos que “la gente común”.
Biden, el favorito entre demócratas
Joe Biden es el favorito para la nominación presidencial demócrata y duplica en apoyo a su más inmediato competidor. Un sondeo de Park Strategies da al ex vicepresidente 32 por ciento frente al 16 por ciento a Bernie Sanders. En tercer lugar está la senadora Elizabeth Warren, con 13 por ciento.