Turismo sexual está deteriorando importante reserva natural de dunas en España

Actividades como cruising, práctica donde desconocidos tienen encuentros íntimos, ha generado un importante nivel de contaminación en Maspalomas.

El aumento de personas en las dunas ha perjudicado a Maspalomas. | Foto: EFE
España /

El turismo fue una de las actividades que más se frenaron ante la pandemia del covid-19, por eso es que su reactivación fue muy esperada por autoridades y empresas dedicadas al sector, aunque en España, la llegada de los que no son locales con la intención de tener sexo ha puesto en riesgo las Dunas de Maspalomas, una conocida Reserva Natural Especial. 

Todo este caso ocurre específicamente en la isla Gran Canaria, donde medios como El Español sostienen que hay una amplía oferta sexual, realizando actos al aire libre con temperaturas que llegan a los 21 grados Celsius en invierno y 30 grados Celsius en verano.

El mismo medio informa que en ese lugar son varios quienes llegan a realizar el cruising, una práctica sexual donde grupos de personas que no se conocen mantienen sexo de forma esporádica, principalmente en espacios libres y que se supone son menos transitadas.

Es precisamente la masiva llegada de personas lo que está provocando el deterioro de las Dunas de Maspalomas, que en 1994 recibió el título de Reserva Natural Especial y que es lugar importante para el ecosistema, donde hay animales únicos como el lagarto gigante de Gran Canaria.

Los expertos del área de Geografía Física y Medio Ambiente de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria localizaron 298 lugares de sexo (o sex spots) en los más de 5 mil 763 metros cuadrados de arenales.

"El cruising es una práctica que se realiza en las Dunas de Maspalomas desde los años 70. De hecho, el Plan Director de la reserva natural lo identifica como uno de los problemas ambientales que le afectan", dijo Leví García, autor principal del estudio, al medio local.

El mismo especialista sostiene incluso que entre la décadas del 80 y 90 habían agencias de viajes que consideraban entre sus paquetes turísticos las actividades que se podían hacer, ofreciendo un "sexo salvaje" en una zona que está a una importante distancia de caminos autorizados, con vegetación "tupida y densa" y con la presencia de nebkhas, que son un tipo de duna con que se caracteriza por su cobertura de plantas en monte bajo.

"Crean nidos con vegetación y ramas, tal y como lo hacen los pájaros, para aislarse y tener un espacio íntimo. Al arrancar vegetación hacen que la arena se suelte, no se quede agarrada y que se produzcan procesos de erosión que afectan al sistema dunar", dice el especialista.

El tarajal y la launaea son dos de las especies vegetales más perjudicadas por la actividad sexual en el sector. A esto también se suma la enorme contaminación que hay, encontrándose ahí, por ejemplo, vasos, colillas de cigarro, ropas, preservativos e incluso juguetes sexuales.

"La reserva sólo tiene tres caminos autorizados y nosotros hemos podido identificar toda una red de caminitos pequeños y estrechos que se utilizan en la búsqueda de sujetos y que están dañando el ecosistema dunar", alerta.

A esto también se suma que la educación sobre el medio ambiente en el territorio se ha tenido que frenar, especialmente ante el alto nivel de exposición que hay a que estudiantes de todos los niveles vean lo que realizan otras personas, que no tiene nada qué ver con la importancia de cuidar el ecosistema, algo sumamente importante para los expertos en el área.

Ahora Maspalomas está en una disyuntiva, porque si bien la derrama económica del turismo puede ser sumamente importante, es un hecho que uno de los principales espacios naturales que tiene el lugar hoy está en peligro, principalmente por la llegada y actitud desproporcionada contra el medio ambiente de las personas.

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