Ucrania y los separatistas prorrusos interambiaron 200 prisioneros de guerra en la línea de separación de fuerzas del Donbás, el primer intercambio desde 2017 y que es resultado del actual deshielo entre el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, y el ruso, Vladímir Putin.
"Me pegaron y torturaron para arrancarme información, pero no por mucho tiempo", comentó a la prensa un feliz Alexandr Danilchenko, uno de los veinticinco prisioneros ucranianos liberados por la autoproclamada república popular de Lugansk.
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Entre las personas canjeadas figuran soldados, milicianos, mercenarios, policías y activistas de ambos bandos, algunos de los cuales estuvieron retenidos por el enemigo casi desde el estallido del conflicto en el este de Ucrania en 2014, que se ha cobrado la vida de más de 13 mil personas.
Después de dos años de infructuosas negociaciones, este asunto fue desbloqueado en la Cumbre de París del 9 de diciembre en la que se reunieron por vez primera Zelenski y Putin.
Entonces, en presencia del presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, se acordó el canje de todos los prisioneros antes de que terminara el año.
Aún hay numerosos combatientes y activistas en poder de Kiev y los separatistas, sin contar los tártaros de Crimea encarcelados por Rusia después de la anexión de la península.
Según la Presidencia ucraniana, dentro de este canje -una de las promesas electorales de Zelenski fue liberar a todos los ucranianos en manos de los separatistas y de Moscú- Kiev recibió hoy a 76 personas (51 de Donetsk y 25 de Lugansk).
En septiembre, Zelenski ya logró acordar con Putin la liberación de 35 personas, entre las que figuraban los 24 marineros apresados en el mar Negro por guardacostas rusos y el cineasta Oleg Sentsov, premio Sájarov del Parlamento Europeo.
Los prorrusos recibieron a cambio 124 personas, pues otras 34 incluidas en la lista original se negaron a regresar a territorio separatista, confirmó a la prensa rusa, la defensora del pueblo de Donetsk, Daria Morózova.
Los autobuses con los prisioneros entregados por la república popular de Lugansk fueron los primeros en llegar al lugar del canje, donde se encontraban representantes de la Cruz Roja y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
El intercambio transcurrió en el puesto de control de Mayorsk -cerca del bastión separatista de Górlovka- que conecta la zona de Donetsk controlada por los separatistas con el territorio bajo control del Ejército ucraniano.
Se espera que, como ocurriera en septiembre, Zelenski reciba personalmente en el aeropuerto en Kiev a los liberados, aunque en la capital no todos están contentos con el canje.
Y es que, en una decisión muy controvertida, Zelenski aceptó liberar a cinco miembros de las fuerzas antidisturbios del derrocado Víktor Yanukóvich, conocidas como Berkut, que están implicados en la muerte de más de un centenar de personas en la revolución del Euromaidán de febrero de 2014.
La liberación también fue condenada por Sentsov, quien calificó de "auténticos asesinos" a algunos de los liberados por Kiev, desde los Berkut a los mercenarios rusos.
Y es que, según las autoridades separatistas de Lugansk, también han sido puestos en libertad varios "voluntarios rusos" que combatieron en las filas de las milicias separatistas.
El representante de Zelenski en el Tribunal Constitucional respondió que, según la ley vigente, los Berkut podrían haber salido en libertad en breve, por lo que lo mejor era canjearlos por "héroes ucranianos en cautividad".
En la misma línea, el famoso periodista ruso Yevgueni Kiseliov, exiliado en Kiev, aseguró que lo importante es que todos los ucranianos en poder de los separatistas sean liberados de una vez por todas.
"Los gobiernos deben ser benevolentes. Estoy en contra de que para que un enemigo malvado no salga en libertad, un buen ucraniano deba permanecer en prisión", comentó en conversación telefónica.