El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió "una respuesta mundial firme" y no solo una condena, tras el ataque ruso contra la estación de trenes de Kramatorsk, en el este de Ucrania, donde numerosos civiles trataban de huir, que dejó un saldo de al menos 52 muertos y 109 heridos, entre éstas cinco niños.
En un videomensaje publicado en su cuenta de Telegram, Zelenski dijo que el ataque es otro de los crímenes de guerra que ha cometido Rusia, "por el que alguno de los implicados deberá hacerse responsable".
- Te recomendamos Volodimir Zelenski pide que ataques a Bucha y Kramatorsk estén en los tribunales Internacional
"Todas las principales potencias del mundo ya condenaron el ataque ruso a Kramatorsk. Esperamos una respuesta global firme a este crimen de guerra", afirmó.
Destacó que valora el nuevo paquete de sanciones contra Rusia, que se anunció recientemente; sin embargo, consideró "errónea" la "suavidad" con la que algunos países del occidente siguen tratando al gobierno ruso.
"Sabemos quién intenta constantemente suavizar las propuestas de sanciones. Y haremos todo lo posible para que Europa entienda finalmente que, en cualquier caso, habrá que imponer sanciones realmente sustanciales y firmes contra Rusia", dijo.
Asimismo, insistió en la necesidad de "aumentar la presión sobre Rusia", porque las actuales sanciones "no son suficientes", y declaró que "hay que imponer un embargo energético total sobre el petróleo y el gas".
"Precisamente la exportación de energía garantiza la mayor parte de los ingresos de Rusia y permite a la cúpula rusa creer en su impunidad. Permite esperar que el mundo ignore los crímenes de guerra del ejército ruso. No lo permitiremos. Todos los que en el mundo tienen valentía para oponerse a la tiranía, como los ucranianos, no lo permitirán", agregó.
Zelenski subrayó la necesidad de también desconectar por completo a los bancos rusos del sistema financiero mundial, pero "no sólo a algunos de ellos, sino a todos".
"No puede ser que la mayor amenaza para la seguridad mundial encuentre vías para acceder a la riqueza global", criticó.
El presidente estadunidense, Joe Biden, denunció una "horrible atrocidad" de Moscú que, por su parte, negó su implicación en el ataque, asegurando que no disponía del tipo de misil usado y que el bombardeo había sido una "provocación" ucraniana.
Mientras que un alto responsable de Defensa estadunidense informó que los rusos "notificaron inicialmente un ataque exitoso" y que "se retractaron únicamente tras informaciones sobre víctimas civiles".
De hecho, el ministerio ruso de Defensa había informado el viernes de la destrucción con misiles de alta precisión de "armamentos y otros equipos militares en las estaciones de Pokrovsk, Sloviansk y Barbinkove", localidades cerca de Kramatorsk, la "capital" de la parte del Donbás que todavía está bajo control de Kiev.
El gobernador de la provincia de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, aseguró que el ataque a la estación se realizó con un misil de tipo Tochka U, con municiones de racimo.
El misil cayó cuando cientos de personas esperaban un tren salir de Donbás, entre estas niños.
Frente a la estación había los restos retorcidos del misil, con la inscripción en ruso: "Por nuestros niños", una frase habitualmente usada por los separatistas prorrusos del Donbás, en referencia a sus hijos muertos desde los enfrentamientos que comenzaron en 2014.
Ésta mañana, 24 horas después del bombardeo, las evacuaciones de civiles desde Kramatorsk seguían por carretera.
Minibuses y camionetas transportaron a decenas de supervivientes del ataque del viernes, que pasaron la noche en una iglesia del centro de la ciudad, no lejos de la estación.
FLC