Los partidos tradicionales asestaron un duro golpe a la ultraderecha en las elecciones regionales de Francia el domingo, frustrando sus ambiciones de asumir el control de una región por primera vez y disminuyéndole el impulso de cara a los comicios presidenciales del año entrante.
La líder del ultraderechista Agrupación Nacional, Marine Le Pen, reconoció que el partido opuesto a la inmigración no obtuvo una sola victoria en las 12 regiones de Francia continental. De inmediato se enfocó en las elecciones presidenciales del próximo año, señalando que “más que nunca parecen ser los comicios que permitan cambios de políticas y de políticos”.
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Le Pen se quejó de que la organización de las dos rondas electorales en fines de semana consecutivos fue “desastrosa y errática”. De cualquier forma, los resultados de Agrupación Nacional en la jornada decisiva del domingo dejan entrever que el partido sigue siendo un anatema para muchos electores. No alcanzó más del 20 por ciento de los votos a nivel nacional, de acuerdo con cálculos de la agencia encuestadora Ifop, colocándose detrás de la derecha convencional y de todos los candidatos verdes y de izquierda.
Llamó la atención que Agrupación Nacional también fue derrotado aplastantemente en el sudeste, la región en la que algunos pronosticaban tenía su mejor oportunidad de obtener una victoria en las elecciones para consejos regionales.
De la misma forma en que ocurrió en comicios nacionales y locales previos, los votantes dejaron de lado sus diferencias políticas para unirse y evitar que Agrupación Nacional logre avances.
Los candidatos convencionales se jactaron de que habían asestado dolorosos golpes al partido ultraderechista que solía llamarse Frente Nacional. Ninguna región cambió de afiliación. La derecha mantuvo las siete que controlaba previamente, y la izquierda conservó el poder en las otras cinco, según resultados oficiales y las proyecciones de las agencias encuestadoras.
Por la derecha, el ganador Xavier Bertrand aseguró que Agrupación Nacional no sólo “fue detenida” en la región que él gobierna, Alta Francia en el norte, sino que “la obligamos a retroceder mucho”.
Laurent Wauquiez, otro vencedor de la derecha, dijo que se dejó a la ultraderecha “sin margen para prosperar” en la región que él tiene a cargo, Auvernia-Ródano-Alpes.
Hubo escaso interés entre el electorado, con una participación de una tercera parte de los empadronados. Entre los que sí votaron, algunos lamentaron que aparentemente los jóvenes en particular desperdiciaron la última oportunidad de sufragar antes de los comicios de 2022.
“Es vergonzoso”, dijo Suzette Lefèvre, una jubilada que votó en Saint-Quentin, en el norte del país. “Nuestros padres lucharon por nosotros para esto y la gente no lo aprovecha”.
Philippe Corbonnois, otro jubilado de la región, opinó que los jóvenes “tal vez no creen en la política”.
KACY