La Unión Europea (UE) advirtió en responder con "reciprocidad" al gobierno de Venezuela, luego que Nicolás Maduro ordenó la expulsión de la embajadora del bloque en Caracas.
Maduro dijo, durante un acto en el palacio presidencial, que le daba 72 horas a la diplomática europea Isabel Brilhante Pedrosa para que abandone Venezuela, y agregó que estaba dispuesto a facilitarle un avión para que salga del país en medio de las restricciones de los vuelos internacionales que están vigentes desde marzo por la cuarentena que se impuso por la pandemia del nuevo coronavirus.
"Vamos a convocar a la embajadora de Maduro ante las instituciones europeas hoy mismo y, a partir de ahí, vamos a ver qué medidas podrían seguir", aseguró en rueda de prensa la vocera de la diplomacia europea, Virginie Battu.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, condenó poco antes el ultimátum de Maduro para que la embajadora Pedrosa abandonara el país y anunció que responderán con "reciprocidad".
Pero "la UE no puede expulsar físicamente de un territorio a un embajador, ya que es una competencia de un país huésped", precisó Battu, máxime cuando la embajadora venezolana ante la UE, Claudia Salerno, también lo es ante Bélgica y Luxemburgo.
Los europeos podrían declararla así "persona non grata" en virtud de la Convención de Viena, agregó la vocera comunitaria, precisando que Bruselas y los países europeos conversan sobre las medidas a adoptar.
Con la expulsión de Brilhante Pedrosa, el gobierno venezolano respondió a las nuevas sanciones europeas contra 11 venezolanos, entre ellos el diputado Luis Parra y varios funcionarios por acciones contra la oposición liderada por Juan Guaidó.
Aunque la UE no reconoce como bloque a Guaidó como presidente interino de Venezuela, como sí hace medio centenar de países como Estados Unidos y la mayoría de naciones europeas, las nuevas sanciones se ven como una señal de apoyo al opositor.
"¿Quiénes son ellos para tratar de imponerse con la amenaza? ¿Quiénes son? ¡Ya basta! (...) Si no nos quieren, que se vayan", dijo el lunes Maduro en un acto en el palacio presidencial de Miraflores, en respuesta a las medidas europeas.
Las cancillerías de Colombia, Bolivia y Paraguay rechazaron la expulsión de la embajadora europea en Caracas. Bogotá y Asunción llamaron incluso a la comunidad internacional a poner fin a la "tiranía" de Maduro.
Una fuente del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) explicó a la AFP que el canciller venezolano, Jorge Arreaza, llamó a Brilhante Pedrosa para comunicarle la decisión y que los europeos trabajan para sacar a la diplomática del país.
"Escalada de la situación"
Los 27 países miembros de la UE, quienes adoptan sus medidas por unanimidad, siempre han defendido su enfoque de no sancionar sectores económicos, como Estados Unidos, para no empeorar la crisis humanitaria.
Y, además, pese a la presión de Washington y de la oposición venezolana, evitan sancionar a Maduro para no cerrar los canales de diálogo con Caracas de cara a impulsar una salida negociada a la crisis política mediante elecciones.
"Todas las medidas que atentan contra el trabajo diplomático (...) sólo contribuirán a una escalada de la situación", advirtió Battu.
Las nuevas sanciones de la UE elevan a 36 el número de venezolanos a los que prohíbe viajar al bloque y congela sus activos por socavar la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos en este país sumido en plena crisis política.
Venezuela se convirtió en 2017 en el primer país latinoamericano sancionado por la UE, que impuso también un embargo de armas. En paralelo, el bloque busca aliviar la crisis humanitaria en el país y la crisis de refugiados en la región.
jamj