Continúa la búsqueda de víctimas del incendio de Johannesburgo; evidencian crisis de vivienda

El incidente solo ha hecho visible las crisis que atraviesa el país sudafricano desde hace tres décadas desde el fin del apartheid.

El edificio quedó bloqueado por las rejas que evitaban entrar a los malhechores. (Foto: AFP).
El edificio quedó bloqueado por las rejas que evitaban entrar a los malhechores. (Foto: AFP).
Agencia AFP
Johannesburgo, Sudáfrica /

Este viernes aún continúan los protocolos de búsqueda de parte de perros policía entre los escombros de un edificio de Johannesburgo que se incendió y en el que murieron 74 personas; el incidente puso en la mira la crisis de las viviendas precarias en el ruinoso centro de la capital económica de Sudáfrica.

Las autoridades pidieron a las familias de los fallecidos que acudieran a la morgue de Soweto para identificar los cadáveres, mientras prosiguen las operaciones de búsqueda en el lugar.

Las víctimas mortales, 74 personas, entre ellas 12 niños, quienes murieron este miércoles víctimas del fuego y el humo. Se reporta que no muchos pudieron escapar y que los accesos quedaron bloqueados por la presencia de rejas usadas para impedir la entrada malhechores, en este barrio de mala reputación.

Tras el incendio se inició una investigación, pero la tragedia revivió el debate sobre estos edificios abandonados que caen en manos de arrendadores sin escrúpulos y bandas mafiosas, que lo alquilan sobre todo a migrantes o sudafricanos muy pobres.

En el centro de la antigua “ciudad del oro”, un opulento barrio de negocios en tiempos del apartheid, cuenta con mil edificios de este tipo, según las autoridades, desconectados de la red eléctrica y donde la gente se calienta, cocina y se ilumina con gas o parafina.

Este jueves el presidente, Cyril Ramaphosa, visito el lugar de la tragedia y se comprometió a "abordar la cuestión de la vivienda" en los centros de las ciudades.

El edificio pertenecía a la municipalidad e incluso estaba clasificado como patrimonio. El inmueble fue utilizado como refugio para mujeres maltratadas, fue "invadido y secuestrado" en los últimos años, según las autoridades locales.

Bajo el apartheid, los sudafricanos negros iban allí para obtener sus "pases", famosos papeles que les permitían acceder a las zonas blancas para trabajar.


El drama era “previsible”


La concejal de la oposición, Mervyn Cirota afirmó que, desgraciadamente, este drama era “previsible”.

"Muchos de estos edificios están controlados por bandas que alquilan el espacio causando superpoblación. No hay baños, ni agua, ni electricidad", declaró.

Los sudafricanos califican estos edificios de "secuestrados". La policía se niega a entrar en ellos sin motivo imperioso, por tratarse principalmente de zonas sin derecho, donde viven desocupados, familias, delincuentes o migrantes clandestinos.

Fue al final del apartheid, hace tres décadas, que la población blanca y adinerada abandonó el centro para refugiarse detrás de muros altos y vallas eléctricas en casas suburbanas arboladas y pacíficas.

Los negros, que desembarcaron en masa provenientes, del campo en busca de trabajo, comenzaron a ocupar los edificios vacantes. Incluso hoy, la ciudad más rica del país atrae a aquellos en búsqueda de una vida mejor.

Este éxodo económico ha aumentado la presión sobre una vivienda en crisis. El país cuenta con casi 60 millones de habitantes, carece de 3,7 millones de alojamientos, según el Centro de Financiación de la Vivienda Asequible en África (CAHF).

En estos edificios, "se trata de crimen organizado. Estas personas conocen las leyes y tienen una red. Algunos obtienen documentos de propiedad en buena y debida forma", subraya Lucky Sindane, portavoz de la brigada contra el crimen.

Las autoridades realizan operativos esporádicos para recuperar la posesión de "estos paraísos del crimen", explica, describiendo las armas y la cantidad de drogas que se descubren en cada recorrido en el lugar.

Brigadas municipales, policía y a veces agentes de seguridad privada llamados, "Hormigas Rojas", sociedades especializadas en la expulsión de "invasores clandestinos", desembarcan numerosos, armados hasta los dientes, y son conocidos por su violencia.

CHZ

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