Las 80 víctimas que a finales de enero presentaron una demanda en un tribunal civil de esta ciudad, dentro de la reparación económica por daños, tienen un objetivo: arañar parte de la fortuna de Sarah y Clare Bronfman, lo que la autoridad pueda incautar de los bienes de Keith Raniere y algo de dinero que logren obtener de las cuentas de Rosa Laura Junco, la única de las cuatro mexicanas acusadas con solvencia.
“No hay mucho para dónde moverse, sabemos que salvo las Bronfman y Junco, las demás acusadas están tan pobres como nosotros”, comentó a MILENIO una de las víctimas que pidió el anonimato.
En la acusación ingresada el 28 de enero en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, aparecen Keith Raniere, Nancy y Lauren Salzman, Clare Bronfman, Allison Mack y Kathy Russell, ya declarados culpables en la demanda penal iniciada en 2018 y a la espera de sentencia. En la nueva demanda civil se agregaron los nombres de las mexicanas Rosa Laura Junco, Loreta J. Garza, Mónica Durán y Daniela Padilla y los de Sara Bronfman, Karen Unterreiner, el médico Brandon Porter, la doctora Danielle Roberts y la actriz Nicki Clyne.
También forman parte del grupo de demandados las personas morales Nxivm, Executive Success Program Inc, Ethical Science Foundation y First Principals, organizaciones cuyos líderes abusaron física y psicológicamente de personas, saquearon económicamente y la mayoría fueron obligados a trabajar o servir como esclavos sexuales y a someterse a experimentos humanos no autorizados.
Aunque la mayoría de los demandados aparecen con seudónimo, de las víctimas que buscan reparación económica y que optaron por que su nombre apareciera en la demanda se encuentran Sarah Edmonson, quien invirtió una fuerte suma en la instalación del centro Nxivm de Vancouver, en Canadá; Toni Natalie, llevada a la bancarrota luego de casi 20 años de persecución judicial del equipo legal de Nxivm y Mark Vicente, muy cercano a Raniere a quien abandonó antes del derrumbe de la empresa cuando supo que marcaba a las mujeres con sus iniciales.
De las personas que prefirieron usar seudónimo, pero que en la demanda se cuenta su historia que se conocieron en el juicio, se encuentran Daniela, la mexicana que Raniere encerró dos años en una habitación; la inglesa Sylvie, las californianas Nicole y Jay y las que son conocidas como Nxivm 9, cinco mujeres que en 2009 exigieron a Raniere cambios en la conducción de la empresa y que a cambio recibieron una batería de demandas que las llevó a la bancarrota.
Ellos son algunos de los que contrataron al litigante Neil Glazer, quien señala que las acusadas vendieron “una mezcolanza pseudocientífica de métodos psicoterapéuticos intrínsecamente riesgosos”, los cuales tomaron miles de personas desprevenidas, muchas de las cuales perdieron todos sus ahorros y quedaron traumatizados por el proceso.
ledz