Devoción, es la palabra relacionada con el respeto profundo y admiración por algo o alguien con un sentimiento de veneración, se ve reflejado en aquellas personas que deciden plasmar la imagen de la Virgen de Guadalupe de manera permanente en su piel mediante un tatuaje.
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Con ese fervor guadalupano, por motivos personales o por seguir las tradiciones y creencias familiares, la imagen de la virgen morena luce en la piel de aquellos que su devoción les permitió aceptar, como una bendición, tener de manera permanente una imagen que consideran sagrada.
Ejemplo de ello, el caso de los hermanos Víctor Antonio y David, de la colonia 5 de Mayo en Gómez Palacio, ambos con la imagen de la Virgen de Guadalupe en su piel. Todo derivado de las tradiciones familiares allegadas al catolicismo, con las fiestas guadalupanas como las de mayor fervor.
En su infancia, Víctor se adentró a la danza de matachines que se formó en su barrio, él fue uno de los iniciadores y ahora es el capitán de la danza, lo cual le generó un acercamiento inevitable hacia la Virgen, a tal grado de optar por tatuarse su imagen en su brazo al querer llevarla en su piel permanentemente.
Asimismo, considera que la guadalupana le ayudó en los momentos más complicados como cuando sufrió un accidente.
Por su parte, David fue influenciado por su hermano mayor, primero en los tatuajes, después por plasmarse una representación mariana en su brazo derecho.
Su barrio, “Los Gandallas 20”, suelen reunirse en la esquina donde se ubica un altar a la “Morena del Tepeyac”, sitió que recibe a los vecinos cada 12 de diciembre para la tradicional danza y su respectiva reliquia.
“La idea surgió porque toda mi familia es católica y creemos mucho en la Virgen. Desde siempre me ha inspirado mucho la imagen de la Virgen de Guadalupe y además fui criado en un barrio donde festejamos cada año”, compartió el joven David.
CALE