A pesar de ser una mujer que ha luchado para salir adelante, doña Josefina Gallegos Pérez está librando quizá una de las batallas más duras que debe enfrentar cualquier mujer. Ella es una abuela amorosa, pero el próximo mes deberá entrar al quirófano pues padece cáncer de mama.
Su marido tiene enfisema pulmonar y depende de un tanque de oxígeno, en tanto que la pareja se hace cargo aún de Angelito, quien nació con parálisis cerebral y al que se le debe atender como si fuera un bebé. Es por ello que ella apuntó que aún tiene motivos poderosos para querer extender su vida.
Los interesados en apoyar pueden buscarla de las seis de la tarde a las ocho de la noche en el crucero de la avenida Bravo y la calzada Cuauhtémoc, o llamar al teléfono 871 332 4070. Ella vive en Artes Gráficas 1746, interior 2.
“Tengo cáncer y ya llevo la primera operación. Voy a entrar al quirófano el día dos del mes que entra (marzo) porque me van a hacer una segunda cirugía porque salí con cáncer maligno. La primera fue el 29 de diciembre del año pasado en el Hospital de Salvando Mujeres, pero tengo muchos motivos para querer seguir viviendo”.
Es la doctora Jazmín Rivas la que atendió a doña Josefina en la asociación civil Salvando Mujeres y quien a finales del año pasado la operó. Luego su hija le extendió la derechohabiencia al IMSS, la señora ha sido atendida en la clínica 71 del Seguro Social en el área de oncología donde próximamente la operarán.
Previsora, doña Josefina decidió continuar con la venta de dulces en la calle, y todas las tardes coloca una pequeña mesa en la esquina que hacen la avenida Bravo y la calzada Cuauhtémoc en Torreón.
Allí junto a su nieto aborda a los peatones y conductores al ofrecerles semillas, gomitas, cacahuates, almendras con caramelo y otras golosinas.
“Ya me pasaron a la clínica 71 pero la doctora Jazmín va a seguir siendo mi médico porque yo les pedí de favor que me pasaran con ella para que siguiera la secuencia y así fue. Mañana tengo que ir a los análisis y prepararme para la otra operación. Yo no he surtido mi receta por surtir mis dulces porque de esto saco para las medicinas”.
Desde hace cuatro años Josefina decidió llenar su reja de dulces y salir junto con su nieto a vender. Así ella cuida la mesa y él aprovecha los semáforos en rojo para abordar a los conductores. Sin embargo Josefina se ausentó un tiempo luego de que le diagnosticaran el cáncer y tuvo que someterse a la primera cirugía.
Pero la necesidad obliga a continuar trabajando puesto que no cuenta con apoyo económico de su esposo que se encuentra enfermo de enfisema pulmonar, y ella aún debe velar por la seguridad de un menor con parálisis cerebral.
Además debe la renta, tiene los pagos de los servicios atrasados y no cuenta con gas en su domicilio.
“Tengo a mi cargo, desde siempre a Angelito, él tiene doce años y su hermano mayor me ayuda mucho, pues mi esposo ya no lo puede bañar y yo menos. También necesitamos ayuda para él”.
aarp