Justo Quiñones, a sus 61 años de edad, todos los días se gana la vida, recolectando cartón y papel de oficina en Torreón, por lo que ya tiene trazada su ruta.
Empuja un triciclo, en el que deposita el cartón y recorre diariamente entre 8 y 10 kilómetros, para ganarse al menos 200 pesos, en lo que llama un día regular.
Justo era albañil desde que tenía 18 años de edad y su especialidad en construcción fue la casa habitación, en las zonas residenciales de la Comarca Lagunera.
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Por más de 43 años, Justo se dedicó a este oficio, que le dio a la oportunidad de levantar su propia casa y brindársela a una familia, conformada por su esposa y tres hijos que ya se lograron con gran esfuerzo y trabajo.
“Ya no pude más para continuar con la construcción, ya que cada día que pasaba, me esforzaba más y no podía subir a la planta alta de las viviendas que construíamos”, dijo.
En este lago tiempo, Justo construyó todo tipo de diseño de casas residenciales y siempre se desempeñó como ayudante, nunca llegó a ser el encargado de una obra, ya que nunca se le dio la oportunidad.
Argumentó que hace un año terminó con el trabajo de la albañilería y emprendió este nuevo empleo como pepenador de cartón, en el que se mantenido bien y sin preocupación, ya que sólo mantiene a su esposa.
¿Cómo te sientes con este trabajo?
Me siento muy bien, ya que es menos cansado y más noble, en comparación al que tenía. En realidad no es tanto trabajo como el otro, quizás gane casi igual, pero con este empleo soy mi propio patrón y dispongo de más tiempo libre, además que no estoy tan presionado.
¿Cuánto ganas por día en la ruta que ha trazado?
Un promedio de 200 pesos al día, que consideró que es una cantidad regular, pero hay días buenos que alcanzó a ganar hasta los 400. El cartón lo pagan a 3 pesos por kilo, por lo que tengo que buscarle para ganar esas cantidades.
¿Cuál es la ruta que ha trazado y qué horas comienza a trabajar?
La ruta del cartón, así como la llamó, inicia en el primer cuadro de la ciudad, es decir, recorro algunas calles y avenidas, donde yo sé que tiran cartón.
Me desplazó en las calles Zaragoza, Cepeda, Rodríguez, así como en las avenidas Hidalgo, Juárez, Matamoros y Morelos.
De ahí, me enfiló hasta el Mercado de Abastos, donde doy un recorrido a consciencia, para juntar el cartón que requiero.
Me levantó a las 6:00 de la mañana y para las 8:00 ya voy en camino, para iniciar a las 9:00 en punto, ya que mi casa la tengo en la Segunda Rinconada de la Unión.
¿Por qué seguir trabajando y no irse a casa a descansar después de 43 años de trabajo pesado?
¡Mira! A pesar que recibo una pequeña pensión del Seguro Social, no quiero estar en casa sin hacer nada, no quiero morirme tullido. No me importa haber trabajado tanto año, lo que me importa es seguir trabajando.
He sabido que hay mucha gente que llega a mi edad y se enclaustra en su casa y ya no hacen nada, por lo que se entristecen y mueren. ¡Yo no quiero eso!
Justo trabaja con mucho entusiasmo y se muestra feliz ante la adversidad, por lo que su decisión de seguir trabajando es firme, sin antes que algo lo imposibilite trabajar.
aarp