El secreto de la movilidad eficiente

Vivienda

La multimodalidad. Combinar caminatas y bicicleta con el transporte público y el auto, optimiza los traslados y los hace más sustentables.

Privilegiar estos modos de transporte ayuda a las ciudades a disminuir su huella de carbono.
Georgina Navarrete
Ciudad de México /

Por décadas, tener una vivienda propia ha sido el sueño de muchos mexicanos. Sin embargo, conseguir el financiamiento para comprarla es solo el problema básico a resolver. Además de eso, la casa debe ser “adecuada”, es decir, ofrecer los espacios, la seguridad constructiva y de entorno, ser habitable y tener una ubicación que le permita a los propietarios hacer suya la ciudad y transitarla

Un problema en México ha sido, sin duda, la ubicación. Hace 20 años, se dio una ola de construcción de desarrollos y fraccionamientos en zonas alejadas de los centros urbanos, que además de no contar con todos los servicios públicos, dificultaban el desplazamiento de sus habitantes a los centros de trabajo, por la distancia y la falta de transporte eficiente. 

Más ciudades multimodales

“Es un gran desafío en Latinoamérica, sobre todo en las ciudades grandes, en las que es imperativo moverse a la formalización de los medios de transporte sostenible, diseñados multimodal”, señala Hugo Silva Montalva, maestro en Transporte y doctor en Economía

Lograr una movilidad eficiente, que permita a las personas ir de su casa al trabajo y a otras actividades es apenas una arista; según Silva, en lo profundo, se requiere también privilegiar el transporte amigable con el ambiente. 

De inicio, es necesario implementar intermodalidad, señala el especialista: “utilizar el modo activo como la caminata y las bicicletas para viajes cortos de entre dos y cinco kilómetros, e incentivar el uso del transporte público para viajes más largos, con la adopción de tecnologías eficientes en cuanto a emisiones”. 

No es necesario y tampoco deseable que el transporte público sea un servicio gubernamental. “Puede ser privado, sin problema, pero debe licitarse y ser regulado por el gobierno, para evitar externalidades negativas”, explica el experto en movilidad. 

El aporte de los gobiernos a la solución del transporte público debe centrarse en proveer la infraestructura adecuada, agrega Silva. “Un sistema de autobuses en ciudades congestionadas no funcionará, si deben pasar dos horas en el tránsito, las personas optarán por pasarlas en su auto y no en un autobús”. 

Aunque reconoce que en el corto plazo “es difícil lograr el cambio”, el especialista menciona que es importante ir avanzando en la infraestructura y sobre todo “trabajar en el marco regulatorio y legal, que hace factible esta coordinación entre actores para generar políticas públicas que mejoren la movilidad de las ciudades” y a dejar atrás el modelo monocéntrico por uno policéntrico, para que la gente “pueda hacer gran parte de sus actividades en un mismo lugar, relativamente cerca”. 

La capacidad de desplazarse de manera ágil, digna, asequible y segura a los centros de trabajo de las personas y a otros destinos, para realizar otras actividades, forma parte de la función social de la vivienda y está asociada con el derecho a la ciudad, a la movilidad y la accesibilidad sostenibles.

sgs

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