Para entender la importancia de cuidar el dinero sin que se interprete como tacañería, se debe tener cultura financiera, y para eso hay que educarnos en finanzas. No se trata de una carrera, diplomado o clases de contabilidad, solo de entender que el dinero es un medio que nos permite disfrutar la vida. Para cuidarlo y hacerlo crecer, debemos hablar y educarnos al respecto.
La cultura financiera en México no es un tema del que se hablaba hace 15 años. Quizá por eso, solo 44% de los adultos tiene una cuenta de ahorro formal; 2 de cada 3 no comparan sus productos o servicios financieros antes de adquirirlos, y del total de la población adulta que tiene una cuenta de ahorro para el retiro, 80% desconoce en qué Afore se encuentra registrado, según datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera.
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Hay mucho potencial para mejorar, porque las competencias financieras permiten a una persona o a una familia enfrentar mejor una crisis económica, una decisión financiera importante —cuándo comprar una casa, qué tipo de casa, y cómo pagarla—, o entender los cada vez más específicos productos financieros que salen al mercado.
Como adultos, aún tenemos oportunidad de ponernos al corriente. Siempre podremos investigar un poco, leer un par de libros y hasta buscar asesoría, pero lo importante es que estos conocimientos, que llevan a una sana cultura financiera, se potencializan si se tiene un acercamiento a este tema desde una edad temprana.
Los estudiantes que hablan con sus papás sobre temas de dinero y que tienen una cuenta bancaria, suelen tener mayores puntajes en la prueba de competencias financieras, según los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés).
Acompañar a los niños en un proceso de bancarización puede ayudarlos a tener un mejor desempeño financiero cuando sean adultos, o por lo menos, a tener la información suficiente para no cometer los mismos errores que nosotros.
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Dejemos atrás esa idea de que no se habla de dinero con los niños porque es un tema en el que no deben participar. Aquí cinco ideas para incluirlos:
1. Deben saber de dónde viene el dinero. No, el cajero automático no es una caja que produce dinero, los niños deben saber que a sus padres se les paga por un trabajo y que gracias a eso pueden vivir como lo hacen. Una manera de enseñarles que el dinero se trabaja, es lo que recomienda Educación Financiera Citibanamex: ponerles “tareas sencillas por las que reciban un pago, sin promover el trabajo infantil ni condicionar a un pago parte de sus obligaciones. Por ejemplo, podrían lavar el coche y recibir una cantidad de dinero por ello”.
2. Enséñales a ahorrar. Nadie puede hacerlo solo, ya sea con una alcancía o una cuenta de banco, enséñales que juntar un poco constantemente les permitirá conseguir lo que quieren. Se congruente… ahorra tú también.
3. Inclúyelos en las decisiones de compra. Pregúntate con ellos si ¿comprar o no comprar? “Haz ejercicios en los que comparen precios, calidad y servicio en algún juguete o material para la escuela”, recomienda Educación Financiera Citibanamex.
4. No solo es dinero. Podemos ser eficientes con los recursos. “Pídeles que sean agentes ahorradores y vigilen que en la casa y en la escuela se utilicen de manera responsable diferentes recursos, como agua, papel y luz, entre otros”, sugiere la institución financiera.
5. Siempre se puede pensar en el retiro. Los niños deben entender que hay que planear a largo plazo, para cuando ya no se pueda o se quiera trabajar. “Explícales que cuando sean grandes, tendrán que contar con un ahorro para su retiro, el cual es importante generar desde jóvenes”, recomienda Citibanamex. Yo añadiría que les enseñes cómo estás preparándote para el momento de tu jubilación.
Este es un ejercicio que involucra a todos los miembros de la familia, y muchas veces, al explicarles a los hijos es cuando logramos —como adultos— pensar en nuestras finanzas y hasta entender cómo ordenarlas.