En más de tres décadas, México pasó de tener una medicina capaz de salvar a recién nacidos afectados con diarreas por virus y bacterias, a tener clínicas saturadas por adultos con diabetes y con patologías cardiovasculares que generan mortalidad temprana, discapacidad permanente y una gran presión presupuestaria a las finanzas nacionales, aseguró Héctor Valle Mesto, presidente ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud.
“Se tenían antivirales, antidiarreicos y antiinflamatorios que rápidamente resolvían en un máximo de ocho días ese cuadro clínico. El bebé salía adelante. ¿Qué pasó 30 años después? Los grandes problemas de México son la diabetes y los desórdenes cardiovasculares en los que los jóvenes y adultos requieren medicamento de por vida para reducir las posibilidades de desarrollar otras severas complicaciones”, explicó.
En entrevista sobre el tema, que se abordará el 16 de marzo, a las 17:00 horas, en MILENIO Foros “Premio Diabetes & Cardio. A la Medida de México”, Valle Mesto indicó que la diabetes, por ejemplo, afecta hasta 14 por ciento de la población, es decir 17.5 millones de personas, y tiene un impacto económico de 2.25 por ciento del producto interno bruto (PIB), incluyendo gastos directos (compra de medicamentos, el equipo y personal de salud) e indirectos (relacionados con incapacidades y productividad).
Señaló que México destina a salud 6 por ciento del PIB cada año, pero una sola enfermedad, en este caso la diabetes, consume en gasto directo 1.1 por ciento de ese PIB.
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