Los retos del Infonavit en la visión del Sector de los Trabajadores

VIVIENDA

El tripartismo del Infonavit es la única fórmula para conducir legítimamente al instituto y para superar los grandes retos que se le presentan, gracias al diálogo social que propicia.

Trabajadores.
Mario Macías Robles
Ciudad de México /

Hace cincuenta años, el 14 de febrero de 1972, se hizo realidad una conquista laboral elevada a derecho social constitucional: contar con una aportación patronal sobre el salario a un Fondo Nacional de la Vivienda, para recibir, del mismo, “crédito barato y suficiente… para adquirir en propiedad viviendas cómodas e higiénicas”.

Durante el mismo año, el 24 de abril, se constituiría el Infonavit—institución tripartita encargada de administrar el Fondo para cumplir dicho mandato—, integrado por las tres partes responsables de hacer realidad aquel objetivo: los representantes de los patrones, de los trabajadores y del gobierno. 

La permanencia, el fortalecimiento y la profundización de este tripartismo es uno de los principios que el Sector de los Trabajadores defenderá siempre; estamos convencidos de que el pacto histórico que dio origen a nuestro instituto, es la única fórmula para conducir legítimamente al Infonavit y para superar los grandes retos que se le presentan, gracias al diálogo social que propicia. 

El Infonavit ha estado al lado de las familias de tres generaciones de mexicanas y mexicanos. Nuestros abuelos y abuelas, padres, madres, hijas e hijos viven en una vivienda adquirida a través del instituto, la han mejorado con un crédito de la institución, o se han beneficiado con el saldo de su Subcuenta de Vivienda al retirarlo en su jubilación, o bien, al acumularlo a su fondo de pensión.

De 1972 a la fecha, se han otorgado 12 millones 221,000 créditos (una de cada tres viviendas que hay en el país) y, tan solo entre 2011 y 2022, se han reintegrado 2 millones 800,000 fondos de Subcuenta de Vivienda por un total de 193,000 millones de pesos (mdp).

En cinco décadas, el Infonavit ha debido sortear tantas turbulencias financieras y severas crisis globales como las que ha librado nuestro país, incluidas la del año 2008, de origen inmobiliario, hasta la actual, desatada en 2019 a raíz de la pandemia por covid-19 y a consecuencia de los delicados acontecimientos bélicos y geopolíticos que se viven en el mundo. 

Del mismo modo, luego de nueve administraciones federales, el Infonavit ha transitado firmemente los múltiples escenarios sociopolíticos nacionales, cohabitando de forma institucional con gobiernos de los más diversos signos partidistas, adecuándose siempre y atendiendo puntualmente las políticas públicas que impactan más directa los quehaceres que le corresponden, particularmente los mandatos financieros y los lineamientos en materia de fiscalización y rendición de cuentas marcados por las autoridades: hacendaria, bancaria y del mercado de valores, así como las estrategias adoptadas en materia de ordenamiento territorial, desarrollo urbano y vivienda. 

En este escenario, lo más delicado para el instituto ha sido mantenerse atento a las numerosas y drásticas variaciones propias del mercado laboral, financiero e inmobiliario, así como a sus grandes variables como el empleo, los salarios, las tasas de interés hipotecarias, el precio de la vivienda y el inventario de las reservas territoriales.

Es en este amplio territorio donde se ubican los retos más serios que enfrenta el Infonavit, de cara a una nueva década de su vida institucional.

El derecho a la vivienda obrera es una conquista irrenunciable”. Lo dice Mario Macías Robles, Director Sectorial de los Trabajadores.

Dijimos antes que la Constitución otorgó a los trabajadores el derecho a acceder a una vivienda “cómoda e higiénica”. Como todas las normas de ese rango en el mundo del derecho, han ido adquiriendo distintas connotaciones, siempre comprendidas en el espíritu del constituyente. Las normas secundarias y las políticas públicas, nacionales o internacionales, van sumando también un sentido actualizado a los bienes protegidos por las mismas; es así que, ONU-Hábitat propuso la noción de vivienda adecuada con siete atributos que resumen muy bien todo el espectro de cualidades necesarias en aquella vivienda deseable para toda persona y familia. 

El Sector de los Trabajadores prefiere resumir esta demanda social y laboral, hablando de vivienda de calidad, asequible, habitable, segura y con acceso a la ciudad . En esta ecuación identificamos retos en los que hay que trabajar.

Acudimos a este foro que hemos titulado Aproximaciones y retos para la Vivienda Social en México con el ánimo de conocer y escuchar a investigadores, expertos con una rica experiencia en proyectos exitosos; agentes gubernamentales, destacando exministras del ramo; legisladores y actores del amplio universo de la vivienda social, acerca de los temas que consideramos centrales en la agenda inmediata: servicios públicos (como el agua, absolutamente estratégico), transporte, asequibilidad, buenas prácticas constructivas, incluyendo el tema del suelo con servicios y vivienda progresiva, que tanto importa a nuestra gente. 

Nuestra representación al interior del Infonavit participará en este foro, para plantear estos y otros temas que han surgido de ejercicios muy cercanos, como la 125 H. Asamblea General celebrada en Palacio Nacional el 24 de abril pasado, encabezada por el C. Presidente de la República, y el 2º Congreso Nacional de Representantes de los Trabajadores ante las Comisiones Consultivas Regionales, que tuvo lugar en Mérida, a mediados de octubre.

Las líneas fueron claramente fijadas por nuestros asambleístas, consejeros y comisionados: el derecho a la vivienda obrera es una conquista irrenunciable, de modo que esta prestación constituye uno de los pilares básicos del modelo de seguridad social mexicano. El Fondo Nacional de la Vivienda es el eje del acuerdo tripartita que brinda la estabilidad social y gobernabilidad laboral al país, por lo que es imperativo mantener el equilibrio financiero de sus cuentas; es inaplazable atender las necesidades de vivienda de los derechohabientes, incluidos los que menos ganan; y lo fundamental, la vivienda ha de ser de una calidad que integre los satisfactores urbanos que merece la ciudadanía obrera. 

El Infonavit que queremos debe ser más cercano a las y los trabajadores y avanzar en recuperar la confianza y credibilidad entre nuestros derechohabientes. 

Bienvenidos todas y todos ustedes y éxito a los diálogos de este foro.

jeg

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