Existen siete pilares esenciales para transitar de una economía lineal (generadora de basura a través de servicios y productos elaborados con materias primas), a una circular, que contribuya al desarrollo con menores impactos negativos al medio ambiente; a la disminución de la pobreza, de la desigualdad y, a su vez, generen empleos y promueva una sociedad más sustentable, aseguró Leonor Patricia Güereca Hernández, investigadora del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La especialista de Mexicana de Análisis de Ciclo de Vida aclaró que dichos pilares van más allá de dedicarse en exclusiva a reciclar y pretenden modificar el sistema económico a través de la innovación, creatividad, tecnología. Se busca desarrollar sistemas, procesos, productos, servicios, normativas y leyes que fomenten la circularidad, consuman menos energía, utilicen menos materiales, no generen residuos y disminuyan el consumo no saludable de los pobladores.
La experta que participará en MILENIO Foros De lineal a circular. Por el bien de todos, el cual se transmitirá el 16 de febrero a las 17:00 horas, explicó que, en materia de economía circular, por ejemplo, la meta de los Países Bajos es lograr que, en el 2030, que el 50 por ciento de su economía sea circular y, en el 2050, ascienda al 100 por ciento.
En América Latina, añadió, Chile ya cuenta con una ruta crítica para lograr en el 2040 una economía circular; actualmente, Brasil, es el único país de la región que está dentro de la lista de los 25 países más avanzados de economía circular, y México “tiene mucho por hacer, pero lo importante es que ya se están comenzando las discusiones”.
El principio uno de la economía circular, detalló, consiste en ajustar las entradas de los sistemas económicos a los rangos de regeneración de la naturaleza. “Hablo, por ejemplo, de la industria del litio, un recurso de nuestro país que requiere de planeación para evitar que su sobre-explotación en el futuro.
“Es elemental saber cuánto podemos sacar del sistema natural, cuánto podremos recuperar a través de la economía circular y cuánto se puede regenerar en el sistema natural (cuando se trata de materias renovables)”.
El principio dos, añadió, se basa en ajustar las salidas (residuos, descargas, emisiones) de los sistemas económicos que absorbe la naturaleza.
“Cuantificar el máximo número de chimeneas que pueden funcionar en una cuenca atmosférica dependiendo de la química atmosférica del lugar. De esa forma se podrían evitar afectaciones a la salud humana a nivel respiratorio, por citar algunos daños”.
El principio operacional tres, comentó, promueve la reducción de la generación de residuos y, para ello hay varias rutas como el reutilizar, reciclar, reparar, reacondicionar, restaurar los materiales, tanto biológicos como los inorgánicos a efecto de que no lleguen a los rellenos sanitarios.
El principio operacional cuatro, destacó, consiste en aumentar la vida útil de los productos, para lo cual es necesario trabajar con las grandes compañías para que no sólo se limiten a vender, incluyendo en sus productos, componentes que a veces son imposibles de desensamblar o de reciclar.
“Hay mucho que hacer. Se están ideando estrategias como en el caso de los celulares: Si se le acaba la pila, que los productores de celular permitan que vayamos y compremos justamente esa pila, en lugar de tirar el celular e ir a comprar uno nuevo”, aseveró.
El principio operacional cinco, continúo, consiste en reducir la cantidad de productos que se requieren para satisfacer las necesidades humanas.
“Muchas veces se compran, sobre todo en países desarrollados, productos, bienes o servicios que a lo mejor no se necesitan, pero que satisfacen una necesidad creada por la mercadotecnia. Sucede con los adolescentes, que buscan celulares o tenis muy particulares.
“Hay que consumir productos más sustentables, lo cual implica saber qué productos lo son y ¡ojo!, no todo lo natural, vegano o vegetariano, es mejor”.
El principio operacional seis, dijo, significa diseñar para la economía circular y esto implica que los productos, servicios, empresas y hasta las ciudades, deben de considerar la circularidad desde su concepción y responder a la pregunta "¿cómo voy a diseñar mi producto para que al final de su vida útil se convierta en otro producto o en energía, o se reintegre en el ciclo de vida? Significa promover empresas circulares”.
Y el principio operacional siete, “me parece básico, porque sin éste nada va a funcionar, es educar para la economía circular, desde los niños, en los libros de texto.
“Que los niños sepan que tiene mucho valor, poder utilizar el suéter del hermano porque forma parte de la economía circular, y capacitar a los empresarios en emprender acciones para reducir las cargas contaminantes. Esto es más que reducir todo a términos de reciclaje”.