Igual que en el caso de la salud bucal y oftálmica, el cuidado de la piel requiere más atención de la que solemos darle. Una visita al mes con el dermatólogo es deseable para asegurar que este órgano, el más grande del cuerpo humano, se mantenga sano, señala Blanca Carlos Ortega, especialista en cáncer de piel y la única que, en su consultorio, cuenta con uno de los dos aparatos de mapeo de piel con Inteligencia Artificial que existen en el país.
Son tres los tipos de cáncer que puede desarrollar nuestra piel, explica la doctora Carlos, y aunque el más frecuente es el carcinoma metacelular sin metástasis, luego el carcinoma epidermoide y en tercer lugar el temido melanoma, estos últimos también tienen una prevalencia importante en nuestro país.
“El melanoma es el más agresivo de los tres y hace metástasis. a un lado del tumor primario, ganglios y vísceras”, señala Blanca Carlos Ortega y agrega que la gente suele darse cuenta de la presencia de este padecimiento porque hay lesiones que pueden ser dolorosas, o no, o porque algún lunar conocido cambia de color o de tamaño o de forma y eso le llama la atención. El problema, dice, “es mayor cuando el melanoma no ocasiona dolor porque la gente retrasa su visita al dermatólogo”.
Y más grave todavía cuando, además de la ausencia de dolor, los cambios en los lunares son poco perceptibles para el ojo humano o simplemente “no recordamos cómo era, de qué tamaño o color”; para vencer este reto, la dermatología cuenta hoy con la tecnología del Total Body Photography (TBP) con Inteligencia Artificial (IA) que, a través de una máquina que realiza un escaneo total de la piel y mapea los lunares y manchas del cuerpo, para detectar hasta el más mínimo cambio.
“Este aparato médico divide la piel como en mosaicos que se comparan en cada visita con los de la anterior y de esa manera nos damos cuenta muy tempranamente de cualquier cambio en estructuras, formas, colores” y con esa información los especialistas determinan si debe retirarse el lunar.
La innovación y ventaja médica es el enfoque comparativo y minucioso que permite este mapeo digital de manchas, lunares y lesiones en la piel. “Es importante que la gente sepa que los lunares aparecen en distintas etapas de la vida, pero después de los 40 años ya no debe haber nuevos, son un signo importante de alerta”, señala Blanca Carlos.
A tomar en cuenta
Así como debemos acudir al dentista periódicamente y no solo cuando tenemos un dolor de muela, el dermatólogo es un especialista al que debemos ir al menos tres veces al año. “Lo ideal es una vez al mes, pero lo importante es que no solo vayamos cuando sentimos un malestar”, señala Blanca Carlos.
Asolearse sin protección y por largos periodos es un gran riesgo; “las pieles que presentan ampollas, están quemadas, no solo bronceadas, y son la puerta abierta al cáncer pues el sol daña la epidermis y parte de la dermis, la memoria de en las células se forman clonas, que son grupos de células incapaces de restaurarse y se transforman en malignas”.
Aunque la piel morena del mexicano es menos delicada que la blanca, la radiación solar es cada vez más dañina. “Piensan que no, porque los daños no son inmediatos, pero aparecen los cánceres años después”, señala la doctora Carlos, quien nos lista lo que debemos hacer para prevenir este mal, o al menos acceder a un diagnóstico oportuno:
1. Autoexploración: Por delante ante el espejo y por detrás con apoyo de un hijo, hija, pareja, hermano o cualquier familiar de confianza.
2. Bloqueador solar. Adecuado a nuestra edad y condiciones de piel: tipo y circunstancias. De ello depende si nos funcionará en gel o en crema, por ejemplo. La reaplicación es importante, debe hacerse cada tres o cuatro horas. Una al día no sirve.
3. Usar Ropa con protección solar. Ya hay mucha a la venta, o al menos los interiores, como una camiseta bajo blusas y camisas.
4. Uso de lentes solares, Deben ser de color café.
5. Sombrero. Si vamos a la playa, hay que llevar esta prende, pero debe ser con tejido cerrado y ala ancha. Las viceras no sirven ni las gorras, dejan desprotegido cuello, cabeza, pecho y espalda.