Entre 2015 y 2020, cerca de 168 mil personas cambiaron su entidad federativa de residencia por motivos de inseguridad delictiva o violencia. La Ciudad de México y el Estado de México fueron las principales entidades federativas de origen, indicó BBVA México.
De acuerdo con el Informe Cambios y Tendencias Sociodemográficas en México, elaborado por el área de Estudios Económicos de BBVA México, fueron la Ciudad de México con 20.7 por ciento, seguido por el Estado de México con 20.0, Guerrero 11.2, Veracruz 7.3, Tamaulipas 6.8 y Quintana Roo 5.4 por ciento, las entidades federativas de origen de la población que indicó que migró a otra entidad por inseguridad delictiva o violencia.
A pesar de esto, los motivos laborales y familiares continúan siendo las principales causas de la migración interna en México, según el Censo de Población y Vivienda, estas razones explican el 42.9 y 35.7 por ciento del total de la migración interna entre 2015 y 2020, respectivamente.
Así, los motivos familiares agrupan la reunificación familiar y los casos de las personas que migraron porque se casaron o se unieron. Las causas de tipo laboral pueden ser por migración para la búsqueda de empleo o por cambio u oferta de trabajo. El tercer motivo de la migración interna es por estudio, cerca de 265 mil personas cambiaron su residencia en los últimos cinco años por esta razón.
La Ciudad de México, Puebla, el Estado de México, Jalisco y Nuevo León fueron los principales destinos de la migración interna por motivos de estudio. Es muy probable que, debido a la pandemia por covid-19 y a las medidas de confinamiento para contener su propagación, muchos de estos estudiantes retornaron a sus entidades federativas de origen.
Además, alrededor de 7 mil habitantes de la Ciudad de México se fueron a residir a otra entidad federativa entre 2015 y 2020 a causa de desastres naturales, que equivalen a 61.5 por ciento de las 12 mil personas a nivel nacional que migraron internamente por este motivo. Es probable que los sismos de septiembre de 2017 sean el desastre natural que motivó la salida de estos habitantes de la Ciudad de México.
“El fenómeno de la migración interna conlleva implicaciones socioeconómicas tanto en las comunidades expulsoras como las receptoras, por ello, toma relevancia identificar y fortalecer el empleo o expectativas salariales no satisfechas en las entidades federativas expulsoras y en caso de que la expulsión sea por cuestiones de inseguridad delictiva o violencia, los gobiernos tienen que afrontar el reto de mitigarla”, dijo.
En ese lustro 3.8 millones de personas cambiaron su entidad federativa de residencia en México. En cuanto al volumen de la migración interna, Los estados de Nuevo León (+186 mil), Querétaro (+135), Baja California (+122) y Quintana Roo (+155) fueron los que tuvieron el mayor saldo neto positivo en la migración interna entre 2015 y 2020. Es decir, fueron las que mejor retuvieron a su población y atrajeron a nuevos migrantes internos en estos cinco años.
Por otro lado, las entidades federativas que más perdieron población en términos netos por migración interna fueron: Ciudad de México (-248 mil), Veracruz (-214), Guerrero (-135) y Chiapas (-104). La literatura económica muestra que mayores tasas de migración interna en un país se traducen en mayor flexibilidad del mercado laboral y en mayores niveles de crecimiento económico.
srgs