Era un acuerdo que debía completar una fiebre de adquisiciones que duraría dos décadas, para convertir a Anheuser-Busch InBev en el indiscutible rey de la cerveza. En su lugar, la adquisición que hizo el megagrupo cervecero de su rival SABMiller, le produjo a su propietario belga-brasileño una cruda prolongada.
Las acciones de AB InBev se ubican 26% por debajo del nivel al que se encontraban en octubre de 2016, cuando se completó el acuerdo de 79,000 millones de libras (mdl), a pesar de un fuerte repunte desde el comienzo del año. El grupo cervecero más grande del mundo todavía tiene 106,000 millones de dólares (mdd) de deuda contraída para pagar el acuerdo, que tenía el objetivo de impulsar su posición en África y Asia, donde SABMiller es fuerte.
Durante el año pasado, AB InBev aceleró los esfuerzos para recuperar la confianza de los inversionistas al reducir a la mitad su dividendo, reemplazando a su presidente y prometiendo la venta de activos. Podría decirse que el cambio de rumbo es lo más importante para los principales accionistas de AB InBev: el grupo tabacalero estadounidense Altria; la familia Santo Domingo de Colombia; los tres fundadores brasileños de 3G Capital, y un grupo de familias belgas, que en conjunto tienen más de la mitad de las acciones.
El Dato.26%
cayeron las acciones de AB InBev desde octubre de 2016
El último giro en la saga se produjo el viernes antepasado, cuando AB InBev se recuperó rápidamente de una fallida salida a la Bolsa de Hong Kong, al dar a conocer la venta de su negocio australiano a la japonesa Asahi por 11,300 mdd.
La unidad de Australia es la última parte de lo que era SABMiller cuando salió a la venta. Poco después de que se firmó el acuerdo del megagrupo cervecero, las autoridades de competencia obligaron a las dos compañías a vender sus operaciones en Estados Unidos, Europa y China para compensar el traslape geográfico.
Con la venta del negocio de Australia para reducir la deuda, algunos ejecutivos de la industria y banqueros cuestionan silenciosamente si el trato por el grupo cervecero realmente valió la pena. Tan solo los honorarios e impuestos de los asesores costaron 2,000 mdd.
“Cada venta individual se hizo a un múltiplo que diluye lo que pagaron por SABMiller, el precio de las acciones es más bajo y aún tienen una gran cantidad de deuda a la que deben hacer frente”, menciona un importante asesor de la industria de consumo.
AB InBev debate esa crítica, al decir que la adquisición de SABMiller trajo consigo la diversificación geográfica, enormes ahorros en costos, así como una cartera de marcas fuertes. “A través de la combinación, nos convertimos en una verdadera cervecera global”, dice.
Sin embargo, los números son indiscutibles: para que el acuerdo fuera aprobado por los reguladores y luego para administrar la deuda, AB InBev vendió partes de SABMiller por casi un tercio del valor empresarial único del objetivo de 122,500 mdd. Al hacerlo, AB InBev perdió casi la mitad de los 7,100 mdd en ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización que adquirió a través de SABMiller, de acuerdo con el analista de Jefferies, Ed Mundy.
En general, el analista de Bernstein, Trevor Stirling, aún cree que AB InBev salió adelante con la adquisición porque logró posiciones fuertes en el mercado de África e India, así como en Colombia, Ecuador y Perú, donde antes no tenía presencia. “Siempre hemos dicho que el acuerdo tenía un sentido estratégico, pero AB InBev pagó un precio muy alto por ello”, dice Stirling.
Un punto brillante de SABMiller es que AB InBev se encuentra ahora entre los cuatro principales grupos cerveceros de África, donde la población es, en gran parte, joven. Adquirió una participación de 20% en la operación africana de la empresa de propiedad privada Castel, que se considera un posible objetivo de adquisición. En Colombia, tiene una posición casi de monopolio.
AB InBev también llevó a cabo el implacable recorte de costos por el que es conocido, generando sinergias en SABMiller por un valor de alrededor de 2,200 mdd anuales. Sin embargo, gran parte de la mejora de las utilidades se vio afectada por el debilitamiento de las monedas de los mercados emergentes en su paridad con el dólar.
Con la salida de Australia, los mercados emergentes son aún más importantes para la suerte de AB InBev y serán la clave para saber si el megagrupo cervecero está a la altura de su nombre.