Tras la reducción en las perspectivas de crecimiento económico para México que hizo el Fondo Monetario Internacional (FMI), la agencia Moody’s Investors Service advirtió que esto agrega presión a las cuentas fiscales del país y pondrá a prueba la capacidad del gobierno para cumplir con los objetivos de un presupuesto relativamente austero para 2019.
Además, aunque el aumento del gasto en pensiones y las transferencias sociales podrían impulsar el consumo el año que viene, es probable que un mayor gasto del gobierno ejerza una presión adicional en las cuentas fiscales y con esto, el perfil crediticio de México podría deteriorarse.
En un documento, Moody’s indicó que la revisión del crecimiento del país que realizó el FMI está en línea con lo que hizo la propia agencia, así como otros participantes del mercado, debido a una fuerte contracción de la inversión privada en el cuarto trimestre 2018, que probablemente no se recuperará en 2019.
Añadió que si bien el crecimiento probablemente se acelerará en 2020, esto se verá impulsado por un mayor gasto social del gobierno y la inversión pública, en lugar de por un repunte de la inversión privada.
En opinión de la calificadora, la caída en la inversión privada refleja una menor confianza de los inversionistas con respecto a la políticas y las condiciones comerciales generales bajo la nueva administración que asumió el cargo en diciembre, luego de la imprevista cancelación del Aeropuerto Internacional de México (NAIM) a fines del año pasado.
Además, añadió, existe un sector manufacturero global menos dinámico, especialmente en Estados Unidos, y altas tasas de contracción en los sectores de la construcción y minería doméstica, principalmente relacionado con una disminución muy significativa en la producción de petróleo crudo, que la nueva administración se ha comprometido a revertir y limitará aún más el dinamismo de la inversión en 2019.
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Moody’s explicó que si bien el consumo respaldó el crecimiento en 2018, espera que se desacelere este año, dado que la inversión no ha repuntado y a pesar de las promesas del gobierno para aumentar la inversión pública y el gasto social, no estima que los desembolsos del gobierno comiencen a aumentar en serio antes de 2020, pues un presupuesto relativamente austero para 2019 que incorpore un superávit primario del 1 por ciento del PIB limitará el gasto este año.
Además, agregó, para adaptarse a las nuevas prioridades de política mientras se mantiene una posición fiscal algo restringida, los gastos administrativos, incluido el pago de los funcionarios públicos, se han reducido significativamente en el presupuesto de este año, lo que ha provocado una salida de tecnócratas y funcionarios públicos de nivel medio que limitarían la capacidad de la administración para ejecutar los gastos.
No obstante, a pesar de que Moody’s espera que la inversión privada proporcione solo un aumento de crecimiento limitado el próximo año, la inversión del gobierno en las refinerías de petróleo y los proyectos ferroviarios ya planificados, junto con un aumento del gasto social, podría resultar en un crecimiento modestamente mayor en 2020.
LVM