Dos planes multianuales de expansión de inversiones en plantas petroquímicas de Altamira se detuvieron a raíz de la situación del agua en Tamaulipas, convertido en otros de los efectos que la crisis por el líquido arrastra en la región, al perder competitividad ante la llegada de nuevos capitales.
Luis Apperti Llovet, integrante de la Asociación de Industriales (Aistac), destacó que las compañías en el ramo no encuentran las condiciones adecuadas en cuanto al suministro de calidad se refiere, al pegar en la infraestructura a utilizarse para elevar su producción por los siguientes años.
Esto genera una contracción en los empleos, al no darse el número de plazas laborales contemplados. Se une a otros problemas registrados en el sector, como fue el paro de dos complejos debido a la falta de materia prima como el polipropileno, utilizado por la empresa italiana M&G Polímeros.
“Afecta tanto no tener agua dulce suficiente al grado de suspender los planes de varias empresas industriales. Fueron dos quienes decidieron no invertir en un proyecto multianual para elevar su producción porque en estos momentos el agua salada perjudica los equipos costosos. Es parte de los perjuicios de la situación”, expuso.
El también presidente de la Comisión Especial del Agua en el Consejo de Instituciones Empresariales (Ciest) expuso que uno de los objetivos era efectuar un mantenimiento rutinario para mejorar el proceso productivo. hasta la fecha, son los únicos dos casos registrados.
“Y lo anterior pega en el empleo, pues obreros comúnmente contratados para las labores de construcción no pueden ser ocupados para estas labores. Es todo un impacto y si bien no hay cuantificado cuántos trabajos como la inversión que se detiene, el hecho ya es algo a considerar”, concluyó Apperti Llovet.