Por ser consideradas ayudas ilegales por la OMC, Airbus renuncia a las condiciones preferentes en los créditos concedidos por España y Francia para su avión A350, algo que se tradujo en aranceles de miles de millones de dólares anuales que Estados Unidos impuso a diversos productos europeos.
El anuncio llega bajo la doble presión de todos los sectores sometidos a esos aranceles estadunidenses, como el aceite de oliva, las aceitunas de mesa, el vino, el queso o productos de cerdo; y de Washington, que ha amenazado con aumentarlos todavía más el mes próximo, con el beneplácito de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El fabricante aeronáutico europeo ha modificado los contratos con esos dos países por los créditos reembolsables para el desarrollo del A350, lo que significa que asume un aumento del tipo de interés que les tendrá que abonar por ese dinero.
Los términos de las nuevas condiciones son confidenciales, pero fuentes del sector señalaron que el coste financiero para Airbus por ese incremento es "significativo".
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Antes de eso, el fabricante europeo ya había hecho un gesto para tratar de quitarse presión con la alteración de los acuerdos con los otros dos países que le prestan dinero para el programa del avión más puntero de su gama, Alemania y el Reino Unido.
La empresa, que se niega a cuantificar ese coste, hace hincapié en un comunicado en que, según su apreciación, ahora los contratos se ajustan a lo que la Organización Mundial del Comercio (OMC) considera "unas referencias adecuadas".
A falta de transparencia sobre esas cifras, lo que sí se sabe es que la OMC autorizó en octubre pasado a Estados Unidos para que imponga sanciones a la Unión Europea por valor de 7 mil 500 millones de dólares anuales (unos 6 mil 500 millones de euros) en relación con esos créditos, y Washington los empezó a aplicar rápidamente.
Como la OMC tiene sus instancias de contenciosos bloqueadas por razones de discordancias diplomáticas, no es posible continuar el procedimiento por esos cauces y la única forma de avanzar es conseguir que Estados Unidos acepte mover ficha con esos aranceles.
Sobre todo porque en otoño podría encontrarse con un bumerán en forma de dictamen en su contra de la propia OMC, con un coste de miles de millones de dólares, sobre la denuncia iniciada por la Unión Europea por las ventajas ofrecidas a Boeing por las administraciones estadunidenses.
UN LITIGIO DE 16 AÑOS
Para Airbus, el que ha dado este viernes es "el paso final para acabar con la larga disputa, tras 16 años de litigios en la OMC". Su consejero delegado, Guillaume Faury, insiste en que su empresa cumple "plenamente con todos los requerimientos de la OMC" y demuestra así que no ha escatimado esfuerzos en buscar una solución al contencioso.
Como parte directamente implicada, el gobierno francés ha reaccionado por boca de su ministro de finanzas, Bruno Le Maire, para decir que con las nuevas condiciones de los préstamos "Estados Unidos no tiene ya ninguna justificación para mantener sus sanciones comerciales contra Europa" y pedirle que las levante.
Le Maire recuerda la que ha sido la posición europea en los 16 años de contenciosos, la voluntad de negociar con Washington para cerrarlos, pero conservando la amenaza, si la otra parte sigue en sus trece, de "adoptar sanciones arancelarias contra productos estadunidenses cuando la OMC nos lo autorice en unas semanas en el contencioso de Boeing".
srgs