La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé que el próximo año las finanzas públicas tengan un recorte del gasto público de cerca de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB), el más alto para un año poselectoral desde la década de los noventa, según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) de este año y los Precriterios 2025, tal ajuste fiscal se presentará principalmente en los rubros de subsidios, con una reducción de 0.9 puntos porcentuales del PIB, y servicios personales, con una baja de 0.3 puntos.
De acuerdo con un análisis del CIEP, el gasto de capital presentará una reducción de 1.1 puntos porcentuales y de 0.6 puntos para el costo financiero de la deuda; en total suman 2.9 por ciento del PIB.
El CIEP explicó que dicho ajuste se podrá realizar, en parte, por la conclusión de los proyectos de infraestructura de la administración actual, así como por un menor costo financiero de la deuda por la reducción esperada en las tasas de interés.
“El comportamiento del déficit público, así como en variables como el crecimiento y el desempleo, reúnen características que encajan con el modelo del ciclo político del oportunista tradicional”, comentó.
Detalló que de 1990 a 2024 se identificaron cinco ciclos políticos relacionados tanto a comicios presidenciales como a intermedios.
“En promedio, el aumento del gasto público en año electoral es de 1 punto porcentual del PIB y la reducción del gasto en el año posterior a la elección es de 0.75 puntos (sin contar 2025)”, indicó.
“Ante ello, y por los proyectos planteados por las tres candidaturas presidenciales, surgen dudas de que el ajuste fiscal planteado efectivamente se llevará a cabo, pues implica que la próxima administración tenga un escaso margen para impulsar proyectos de infraestructura propios y que el comportamiento del gasto público sería recesivo”, agregó el CIEP.
Por tanto, destacó que de mantenerse la inercia de gasto y deuda impuestas por el gobierno saliente y sin el fortalecimiento de las fuentes de ingresos públicos, la sostenibilidad de las finanzas públicas estaría en riesgo.
El CIEP señaló que las alternativas a esta reducción son una reforma fiscal que fortalezca los ingresos públicos, una revisión al gasto y a los programa más sociales y/o un mayor endeudamiento.
“La evolución de estas variables debe ser responsable con la trayectoria del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público tal y como lo establece la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria”, agregó.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), esta consolidación no solo ocurrirá en México, pues 2024 se trata de un año electoral en 88 países, que representan más de la mitad de la población mundial.
“El FMI advierte que se requieren de planes de consolidación fiscal creíbles y duraderos capaces de crear espacio fiscal suficiente en un contexto de desaceleración económica y altas tasas de interés reales”, finalizó.