Previo a la temporada navideña podemos ver que aumenta el volumen en los lanzamientos de las bocinas inteligentes, ya que Apple, Alphabet y Sonos persiguen a Amazon, que lidera el nuevo mercado de gadgets de más moda.
Los fabricantes experimentan con diferentes formas, tamaños, precios y funciones, con la esperanza de conectar con los consumidores, que van desde altavoces de 400 dólares hasta sustitutos de alarmas.
Después de convencer a los clientes de que permitan colocar en sus casas micrófonos que escuchan constantemente, las compañías de tecnología ahora agregan cámaras y pantallas conectadas a internet en sus líneas de productos, poniendo a prueba los límites de la tolerancia del consumidor en torno a la privacidad y la seguridad.
“Todavía tiran cosas a la pared para ver qué es lo que pega”, dice Carolina Milanesi, analista de Creative Strategies. La amplia gama de hardware disponible muestra cómo, incluso cuando Silicon Valley aprovecha las bocinas alimentadas por inteligencia artificial como el siguiente gran avance, la industria todavía tiene que averiguar exactamente cómo las personas utilizarán esos dispositivos o si los seguirán comprando una vez que pase la novedad de un asistente de cocina parlante.
La tecnología del reconocimiento de voz y la comprensión del lenguaje “en los últimos dos años pasó de ser bastante mala a ser mucho mejor”, dice Phil Libin, ex director ejecutivo de Evernote e inversionista que se enfoca en los asistentes digitales y la inteligencia artificial. Ahora el mayor problema es si puede entender las necesidades del usuario y ofrecer una respuesta útil. “Eso es realmente variable y depende del contexto”.
Mientras que las funciones integradas en las bocinas, como Amazon Echo y Google Home funcionan bien, los servicios y las integraciones de terceros, que Amazon llama “habilidades” de Alexa, todavía son “muy torpes”, dice Libin. “Eso es lo que más me preocupa como inversionista”.
En estudios este año, Creative Strategies encontró que más de la mitad de las primeras personas en adoptar las bocinas Echo, de Amazon, no aumentaron su uso de los dispositivos, y 22 por ciento de ellos lo usaba menos con el paso del tiempo, incluso cuando aumentó la gama de “habilidades” o aplicaciones. “Esto es un poco preocupante tan pronto en el ciclo”, dice Milanesi “Podrías pensar que descubres qué otra cosa puede hacer, por lo tanto lo usarías más”.
La encuesta también encontró que el uso más popular de Alexa no fue hacer las compras o controlar los dispositivos de una casa inteligente, sino algo mucho más básico, programar la alarma. Hay productos disponibles que ofrecen esta función por un precio mucho menor del costo original de Echo de 180 dólares.
Milanesi dice que eso refleja la renuencia de los usuarios a experimentar con un producto que todavía puede no ser confiable en sus respuestas. “Usamos el cronómetro todo el tiempo en la casa porque es fácil, funciona y Alexa lo hace bien todo el tiempo”, dice. “Eso es lo que creo que los consumidores todavía buscan”.
Si bien los analistas creen que la bocina Home, de Google, está muy por detrás de Amazon, Google aprovecha su gran experiencia en las búsquedas y la personalización para mejorar su asistente. “Lo entrenamos como solo Google puede hacerlo, con 50 millones de muestras de voz de cientos de diferentes entornos ambientales”, dijo Rishi Chandra, gerente general de Home, cuando presentó los nuevos productos esta semana.
Su capacidad para “encontrar las coincidencias de voz” de los miembros individuales de un hogar mientras le hablan a sus bocina es “realmente una “gran cosa”, dijo. “Un asistente solo puede ser realmente útil si sabe quién eres”.
Otra área lista para su desarrollo es lograr un verdadero diálogo de conversación con los asistentes virtuales, permitiendo una conversación más realista entre los humanos y las máquinas.
“En el mercado de consumo de los asistentes virtuales, no hay mucho diálogo, es más transaccional”, dice Robert Weideman, vicepresidente ejecutivo de Nuance, un pionero de procesamiento de lenguaje natural. Eso representa un reto que va más allá de la tecnología cruda hacia un arte más confuso de diseño de la experiencia del usuario. “No creo que todavía la mayoría de la gente sepa cómo diseñar conversaciones”, dice Libin. “Es el tipo de experiencia del usuario con el que no tenemos mucha historia”.
A pesar del reiterado compromiso de Google de replantear todos sus productos para un “primer mundo de inteligencia artificial”, Weideman sugiere que al final los datos de Amazon sobre el comportamiento en las compras en línea van a resultar ser una ventaja.
“El ADN de Google es diferente al de Amazon, cuyo modelo de negocios es el compromiso de las compras, así que sus datos son mucho más robustos”, dijo.
Muchas de las últimas actualizaciones de hardware implican algo bastante más directo: mejorar la calidad del sonido. Los fabricantes apuestan por la reproducción de música, que es uno de los usos más populares de las bocinas conectadas con inteligencia artificial.
Después de que Apple hizo hincapié en el sonido de alta fidelidad de su próximo HomePod de 350 dólares, Google respondió esta semana con Home Max, una versión supercargada de sus bocinas que utilizan Assistant y que cuestan 400 dólares. Amazon también mejoró sus bocinas, que cuentan con Dolby en su nuevo Echo Plus de 150 dólares.