Si se extiende por más tiempo la huelga laboral en la industria automotriz de Estados Unidos, las tres grandes empresas de ese país –Ford, Stellantis y General Motors– perderán más mercado en México frente a las asiáticas, de acuerdo con analistas.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que la participación de las marcas estadunidenses pasó de 25.3 por ciento del total de autos comercializados en 2019 a 23.1 por ciento este año.
Mientras que las asiáticas, apoyadas por la entrada de firmas chinas en los últimos dos años, pasaron de 48.2 a 51.9 por ciento.
Ilán Bizberg, doctor en ciencias sociales de El Colegio de México, expresó que en el escenario de que se prolongue la huelga, las armadoras estadunidenses empezarán a perder mercado e iniciará una escasez importante de insumos y partes que afecten también a la planta automotriz en México, por la estrecha vinculación comercial de la industria.
“Además la eventual pérdida de mercado que se acentuaría en el país ante la presencia de chinas, coreanas y japonesas que a través del nearshoring tratarán de satisfacer esa demanda, particularmente con híbridos y eléctricos”, contó a MILENIO.
Esto mismo lo respaldó Ana Bertha Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), al apuntar que de prolongarse o sumarse más armadoras a la huelga, los efectos para la industria nacional serán negativas.
Esto tomando en cuenta que Míchigan, Ohio y Missouri son los principales productores automotrices de Estados Unidos e importantes proveedores en la región de Norteamérica.
“Por ejemplo, Michigan, tiene un componente de 39 por ciento de importaciones mexicanas, Misuri 17 por ciento y Ohio con 14 por ciento (…) Entonces cuando hay un bloqueo o cese de actividades en la producción automotriz de esos estados se tiene un impacto en México”, explicó.
Freno necesario
Paolo Marinaro, director del Programa México del Centro Solidaridad, expuso que la huelga es un cambio histórico del sindicalismo automotriz en Estados Unidos que intenta revertir la historia de precarización de las condiciones laborales derivadas de la crisis en 2008 y que ahora los trabajadores pretenden recobrar.
“La industria ya no está en crisis y, por el contrario, las utilidades de las grandes compañías aumentaron 92 por ciento en la última década, además de que los CIO se otorgaron beneficios y salarios de 40 por ciento en el último año, por lo que los trabajadores reclaman el regreso de sus prestaciones y una repartición justa de las ganancias”, explicó.
Apuntó que se requiere de un amortiguamiento social; que las ganancias de las armadoras se reflejen en mejores prestaciones, salarios y jornada laboral reducida en acato a lo dicho por el propio presidente Joe Biden, de que las utilidades corporativas récord requieren también de “contratos récord” para los trabajadores”.
Cae balanza
Durante agosto, las exportaciones registraron una desaceleración de 0.3 por ciento mensual con cifras desestacionalizadas, esto principalmente por la caída en las ventas del segmento automotriz, informó el Inegi.
Apuntó que en agosto los resultados de la balanza comercial fueron equilibrados ya que se produjo un déficit de 131.3 millones de dólares, muy similar al mes anterior.
Al detalle, el movimiento que más sobresalió en el mes fue la caída de 6.7 por ciento en las exportaciones automotrices, mientras que subió 14.3 por ciento las de petróleo.
EDD