La inflación es un enemigo silencioso y es un fenómeno económico que representa a uno de los problemas de los problemas más importantes para las familias porque se traduce en una pérdida del poder adquisitivo, explicó el investigador en Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Anselmo Chávez Capó.
En este 2021, ante los efectos de la pandemia del covid-19 y problemas como el corte del gas natural hacia México, y los aumentos de los precios de las gasolinas a nivel internacional, se traducirán en una mayor pérdida del poder adquisitivo.
De acuerdo con el análisis “Medición de la Pobreza” realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), ante el aumento de precios y la reducción de ingresos de los trabajadores, el poder adquisitivo de los poblanos disminuyó 12.5 por ciento en el 2020, año enmarcado por la pandemia.
La inflación se conoce como el fenómeno económico que se presenta cuando se registra un desequilibrio entre el dinero en circulación y los bienes y servicios disponibles, lo que significa que los precios suban constantemente por la falta de acceso a estos bienes y servicios, explicó el investigador.
El aumento de los precios de los productos y la reducción de la pérdida del poder adquisitivo que se está presentando en México y en estados como Puebla, está afectando a la población en general y, principalmente, a los sectores más vulnerables.
“La inflación no reconoce a pobres y ricos; sin embargo, la desventaja que tiene la gente con menor poder adquisitivo es que se reduce la capacidad de su dinero, con sus valores nominales, de seguir comprando los mismos bienes y servicios. La gente con mayor poder adquisitivo siempre podrá tener acceso a esos bienes y servicios en cualquier momento”, comentó.
Es diferente contar con mil pesos a valores nominales y mil pesos con valor adquisitivo. En los años ochenta, en México se presentó un desequilibrio en la economía y el proceso inflacionario se vio desbordado, apuntó.
Cuando se registra un proceso inflacionario, la gente deja de adquirir bienes y servicios porque el dinero no alcanza, por eso es importante darle seguimiento al fenómeno económico que puede llegar a salirse de control.
“Los energéticos son, principalmente, los que están incidiendo en el índice de precios al consumidor. La gasolina de bajo octanaje aumentó un 0.6 por ciento;, mientras que la de alto octanaje, presentó un incremento de 5.35 por ciento. En el caso del gas doméstico, se registró un alza de nueve por ciento y otros artículos del sector primario como la papa y el plátano que tuvieron incrementos cercanos al 19 y al 12 por ciento, respectivamente. El pollo aumentó 2.84 por ciento; la carne de res, 0.97 por ciento, incrementos que se reflejaron en los precios que establecen los negocios como restaurantes, comedores y fondas que fue de un 0.71 por ciento”, apuntó el especialista de la universidad poblana.
AFM