En búsqueda de alternativas, los precios del carbón estadunidense siguen su tendencia alcista, lo que arrastra también los del gas natural y la electricidad, coinciden expertos.
Para el banco suizo Julius Baer, el carbón se ha vuelto caro a escala mundial debido a que varios países recurren a este combustible como último recurso.
Luego de que el viernes pasado se cerrara una terminal clave de gas natural de Estados Unidos, tras un incendio y una explosión, los mercados energéticos se movieron, por lo que los precios el combustible en ese país se desplomaron, mientras que en Europa se dispararon por temor a una afectación duradera en el comercio de energía a través del Atlántico.
“Si bien el cierre de la instalación de exportación frena de forma temporal la disponibilidad de carga de gas natural, puede impulsar las exportaciones de carbón. En lugar de un shock de suministro, el incidente parece otra perturbación de la cadena de suministro, señaló el jefe de Economía e Investigación de Next Generation, Norbert Rücker.
La institución financiera explicó que Europa se convirtió en un comprador clave de gas natural estadunidense en la búsqueda de alternativas al suministro ruso, ―detenido como consecuencia de las sanciones de Occidente por su invasión a Ucrania―; sin embargo, dadas las interrelaciones del gas natural y el carbón a través del mercado de la electricidad, es posible que el incidente no agrave la escasez de energía. Menos exportaciones de gas natural pueden significar más envíos de carbón desde Estados Unidos, lo que exige más flexibilidad en la cadena de suministro.
Rücker señaló que con los mercados ya tensos y cerca de los límites de capacidad, el cierre de dicha terminal resuena con más fuerza. “La situación parece estar bajo control, la evaluación de los daños está en marcha y el operador hasta el momento indicó una interrupción mínima de tres semanas”, dijo.
Los precios del gas natural a ambos lados del Atlántico están muy por encima de los niveles que corresponden a la situación actual del suministro. En Europa, el almacenamiento del combustible vuelve a los niveles promedio estacionales y pronto se convertirá en superávit si prevalecen las tendencias actuales de importación.
Mientras que en América del Norte, el actual déficit de almacenamiento es mucho menos preocupante de lo que sugieren los niveles de precios. “El vínculo entre los mercados del carbón y del gas natural explica en parte la brecha. Dado que tanto las centrales eléctricas de gas natural como las de carbón ajustan las operaciones de acuerdo con la rentabilidad, los precios de ambos combustibles a veces se mueven de forma sincronizada”, señala el experto.
El embargo europeo sobre el carbón ruso provocó un desvío de las cadenas de suministro, como en el mercado del petróleo.