Hasta 2022 entrega de terminales para combustibles en puerto de Altamira por covid-19

Se prevé para julio, al depender de las condiciones sanitarias, logren reanudar funciones.

El puerto de Altamira. | Archivo
Altamira /

Los avances en los proyectos de almacenaje de combustibles en el puerto de Altamira debieron suspender sus actividades a raíz de la pandemia por el covid-19, por lo cual los empresarios gasolineros contemplan poder concluir la primera fase hasta el 2022, año que prevén pueda recibirse el producto importado desde los Estados Unidos para llevarlo al centro y norte de la República Mexicana.

La infraestructura planeada por Avant Energy, Huasteca Fuel Terminal y Cooper/T Smith, han tenido modificaciones en cuanto a la programación de la construcción. Se prevé para julio, al depender de las condiciones sanitarias, logren reanudar funciones, aunque con ello significará el retraso en la entrega parcial y final.

Altamira moverá combustible importado vía tren

José Ángel García Elizondo, presidente de la Comisión de Política Energética en la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), explicó la emergencia de salud obligó hacer estos cambios a fin de cuidar la integridad de los obreros. Faltar por determinar la autoridad de salud como continuar con los avances en dichos proyectos sin presentarse un riesgo de contagio.

"Tan sólo en el proyecto de Huasteca Fuel Terminal, se avanzaba en la primera fase, consistente en acondicionar el terreno para recibir los buques y a través de carrotanques mover la gasolina a otras terminales en el centro y norte del país, sin embargo, la situación del coronavirus nos detuvo. El retraso va a durar por lo menos unos cuatro meses", expuso el también empresario.

Anteriormente, el director de la Administración Portuaria Integral, Juan Manuel Latapí Díaz, confirmó existen varios permisos donde faltan por liberarse de parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), y la Agencia de Energía, Seguridad y Ambiente (ASEA).

De autorizarse, se podrán ejecutar la parte final de los tres planes, que en conjunto prevén invertir más de 500 millones de dólares, para contar con una capacidad de más de 2 millones de barriles, más la distribución a terminales en el norte, Bajío y occidente de la República Mexicana.

“Al hacer los cálculos y con el escenario más positivo por delante, hasta el 2022 se podrá ver el funcionamiento de estas terminales, mover los combustibles a regiones del país y almacenar parte del producto que se reciba”, puntualizó García Elizondo.

ICGC

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