Los arrendadores, principalmente en Ciudad de México, están buscando estrategias para colocar inmuebles ante los altos niveles de inflación, por lo que incluso han bajando sus precios para alquilar los espacios, aseguró Daniel Narváez, directivo de la plataforma Lamudi.
Explicó que desde la plataforma de oferta de renta y venta de inmuebles, tanto para vivienda como comerciales, se ha notado que en los últimos meses, luego de aumentar los precios de colocación, estos muestran una tendencia a la baja, incluso llegando a los niveles de 2020.
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“La inflación ha impactado los precios, pero en la renta ya estamos viendo una recuperación. Hubo descensos en las rentas de hasta 50 por ciento en el país y ya estamos viendo que se recupera entre 5 y 10 por ciento. La gente está rentando y los propietarios están regresando a los precios que tenían en 2020 o incluso de 2019”, dijo el directivo.
En el caso del segmento en venta, explicó que estos inmuebles han seguido un caso contrario, ya que el promedio de los desarrollos de vivienda residencial, que suelen tener costos de hasta 5 millones de pesos, los precios han incrementado hasta 300 mil pesos; pero el problema es que las personas han comenzado a buscar viviendas usadas, sobre todo casas, que se adapten a la nueva normalidad tras la pandemia de covid-19.
“La nueva oferta de vivienda es residencial plus, por encima de los 6 o 7 millones de pesos, no hay desarrollo de vivienda de 3 millones de pesos o menos, por la coyuntura económica y el incremento en los precios de construcción, pero tampoco hay incentivos para el desarrollo de vivienda asequible”, puntualizó Narváez.
En este sentido, destacó, el reto es para los nuevos desarrolladores de vivienda, debido a que los compradores “están decidiendo comprar una casa usada que se adapte a sus necesidades”, o bien comprar en zonas que aunque no son muy céntricas cumplan con sus necesidades.
También, Narváez enfatizó en que la falta de incentivos gubernamentales han dejado un resalgo importante en la construcción de vivienda asequible con un costo mejor a los 3 millones de pesos ya que estos se enfrentan diversos retos desde el inicio de la actual administración por las complicaciones y los pocos planes del gobierno para incentivar las casas de interés social.
“Hay una falta de incentivos por parte del gobierno, desde un tema de documentos hasta un tema de impuestos, en ese sentido es un gran reto, al final de cuentas el retorno para los desarrolladores tampoco es tan atractivo que al final si da una ganancia mayor”, dijo.
AMP