Con la quiebra de Aeromar, se quedarán sin una línea aérea comercial tres terminales de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), mientras que otras tres solo tendrán una funcionando en ciertos días.
Información de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), asienta que los aeropuertos que sólo se quedarán con vuelos complementarios de otras aerolíneas, luego de que Aeromar anunció la suspensión de operaciones, son: Colima, Ciudad Victoria, Tamaulipas; Ixtepec, Oaxaca; Tepic, Nayarit y Puerto Escondido, Oaxaca.
Con esto ya suman 10 aeropuertos operados por ASA que, de acuerdo con su página web, simplemente no cuentan con una sola línea comercial operando, de acuerdo con la información de la página web de la paraestatal .
Los aeropuertos vacíos son Palenque, Tuxtla, Tehuacán, Cuernavaca, Toluca, Poza Rica, Tamuín, Guaymas, Nogales y Ciudad Victoria, Tamaulipas.
De hecho, la cancelación de vuelos de Aeromar impactará en cinco principales rutas nacionales donde sus vuelos oscilaban entre tres a siete días a la semana, los cuales tendrán que cubrir otras aerolíneas conforme a su plan de negocios y aviones disponibles.
En el caso de Colima, Aeromar cubría un vuelo diario toda la semana; a Ciudad Victoria e Ixtepec, cinco días a la semana; a Tepic, Nayarit, siete días a la semana y a Puerto Escondido, Oaxaca, tres días a la semana.
Rogelio Rodríguez Garduño, titular de posgrado de la cátedra de Derecho Aéreo de la UNAM y ex director adjunto de transporte y control aeronáutico de la desaparecida Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), dijo que la mayor afectación de conectividad aérea es el caso de Ixtepec, Oaxaca, donde sólo Aeromar prestaba el servicio, en tanto que el aeropuerto de San Luis Potosí tendrá un demérito en conexión con las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
En entrevista con MILENIO señaló que el mal manejo empresarial de Aeromar lo llevó a acumular un enorme pasivo estimado en 4 mil 218 millones de pesos, pero de tal situación culpó también a la Agencia Federal de Aviación Civil que a través de auditorías periódicas debió garantizar la solvencia financiera de la empresa para que mantuviera la concesión.
“Desde 2018 la empresa que cubría 27 rutas empezó a enfrentar problemas de liquidez y las autoridades aeronáuticas nada hicieron y ahora se repite el caso de Mexicana de Aviación e Interjet que esperaban ser rescatadas; Aeromar tenía la esperanza puesta en Nella Airlines, empresa de origen estadounidense presidida por un brasileño que la final desistió de invertir en la aerolínea”.
El catedrático subrayó que ante el cierre de rutas por parte de Aeromar, la autoridad en este caso la Secretaría de Infraestructura de Comunicaciones y Transportes debe intervenir para garantizar la prestación de ese servicio público por tratarse de una concesión cuyo estado financiero debió haber vigilado para evitar la cancelación de operaciones que en este caso fue unilateral sin previo concurso mercantil.
“Y ante esa decisión unilateral, lo que la autoridad debe iniciar es un procedimiento de revocación conforme a los artículos 14 y 15 de la Ley de Aviación Civil con el fin de verificar si el demérito financiero de Aeromar es solucionable y no se tome el camino fácil de suspensión o quiebra sin pasar primero por el concurso mercantil”.