Tras perder el estatus sanitario, Nuevo León ha dejado de exportar 30 mil cabezas, lo que le ha ocasionado una pérdida económica de 225 millones de pesos, aseguró Luis Lauro Martínez, ganadero y ex presidente de la Asociación Brangus Rojo de México.
“Desde que el estado perdió su estatus sanitario que le permitía exportar ganado a Estados Unidos se ha visto un mayor impacto en la comercialización de becerros de engorda, dado que unas 30 mil cabezas han dejado de exportarse cada año”, expresó el empresario.
“El sector ganadero estatal ha dejado de percibir más de 400 millones de pesos, debido a la falta de certificación fitosanitaria exigida por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Además, esta prohibición impide la venta y traslado de nuestros animales a otras regiones de México”, explicó Martínez.
A esto se suma la afectación en la venta de genética ganadera, ya que Nuevo León alberga alrededor de 10 mil vacas de registro de razas como Charolais, Simbrah, Simmental, Beefmaster, Brangus y Brahman.
Detalló que la restricción ha limitado la movilidad del ganado hacia otros estados del país, ocasionando pérdidas adicionales de 175 millones de pesos.
De acuerdo con expertos ganaderos, otros estados como Coahuila, Tamaulipas, Sonora, Chihuahua y Durango sí pueden exportar su ganado, lo que les permite obtener amplias ganancias gracias a los precios históricos que ha alcanzado el mercado.
En contraste, los 30 mil becerros que Nuevo León solía ofrecer a otros mercados permanecen en el mercado local, pero a precios considerablemente más bajos.
Por su parte, Víctor Siller, consultor y asesor de productores ganaderos en la entidad, destacó que “nuestro ganado no ha registrado brotes de tuberculosis o brucelosis en mucho tiempo y, además, ningún animal exportado a Estados Unidos ha sido detectado con este problema”, indicó.
Ambos especialistas coincidieron en que la situación se debe, en gran medida, a deficiencias en la coordinación entre las autoridades estatales y la Unión Ganadera, que no han actualizado ni completado los controles de movilidad y trazabilidad del ganado.
Asimismo, señalaron la falta de seguimiento por parte del Comité de Sanidad, lo que ha prolongado el impacto negativo en el sector.
Para revertir esta problemática, Martínez consideró fundamental fortalecer la coordinación entre el Comité de Sanidad, las autoridades estatales y la Unión Ganadera del Estado.
“Es necesario que los organismos responsables trabajen de manera conjunta para acelerar la recuperación del estatus sanitario. La coordinación entre el Comité de Sanidad y la presidencia de la Unión Ganadera es clave para lograrlo y volver a ser competitivos”, indicó.