Ante el incremento en el salario mínimo aprobado por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), las empresas también están subiendo paulatinamente el salario medio, lo cual es un riesgo de presión sobre la inflación, dijo Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (Banxico).
“Estamos empezando a ver el comienzo de presiones en los costos laborales porque el mínimo va aumentando y ahora cualquier aumento en el salario mínimo empieza a tener una influencia en los salarios medios, (...) ya empieza a sentirse y yo lo apunto como uno de los riesgos para 2023 y 2024. Cuando pensemos que la inflación ya está a la baja y justo van a aumentar el salario 20 por ciento en el 2023 y 20 por ciento en 2024, esos dos aumentos consecutivos yo creo que van a pesar”, dijo en entrevista con MILENIO.
Explicó que aún no tiene proyecciones pero "la política de este gobierno de aumentar el salario mínimo a una meta y después pasar a una ley que dice que siempre tiene que compensar la inflación, con eso el poder adquisitivo del salario mínimo se va a mantener. Si tomas el salario medio de cotización del IMSS, está aumentando, lo que significa que, en promedio, las empresas sí están haciendo aumentos nominales en el salario”.
Al cierre de mayo de 2022, el salario base de cotización promedio de los puestos de trabajo afiliados al IMSS alcanzó un monto de 480.5 pesos, lo que significó un incremento anual nominal de 10.9 por ciento, el más alto registrado de los últimos veinte años considerando cualquier mes.
Ante esta alza, y con ello en la demanda por productos y servicios y que aún no se recuperan las cadenas de suministro global, es lo que puede generar una nueva presión en precios del país.
El subgobernador del Banxico aclaró que el fenómeno de aumento en precios actual es muy diferente al de hace 40 años, cuando había revisiones salariales cada tres meses, pues si bien una inflación de 7 por ciento “come” el poder adquisitivo y cada vez alcanza para menos, “no es tan radical como era en aquella época”.
No obstante, señaló, la inflación alcanzó en la segunda quincena de mayo de 2022 una tasa anual de 7.72 por ciento, que representa un nuevo máximo en más de 20 años y aunque sus proyecciones apuntan a que ese nivel sea el pico, hay factores que podrían seguir ejerciendo presión.
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Heath explicó que otros factores internos que están afectando a los precios es que también hay una disrupción en las cadenas de suministro en México, algunas fueron perjudicadas por la pandemia de covid-19.
“Pero también podemos hablar de cosas que podríamos llamar más idiosincráticas, como los problemas de seguridad que impactan el precio del limón y del aguacate, incluso, el Pacic aborda rubros específicos para tratar de mejorar el problema de seguridad; además, hay un incremento, yo diría, descabellado en extorsiones, en robos, y todo eso aumentado el costo de distribución de los bienes eso es muy idiosincrático”, mencionó.
El miembro de la Junta del Gobierno del banco central agregó que otros problemas internos se relacionan con que la economía es muy poco competitiva en la mayoría de los sectores y eso hace que enfrentemos una demanda inelástica ante el aumento de los precios, lo que implica que aunque empresas aumenten sus precios, las personas no los dejan de consumir, y a esto se agrega que en las aduanas, las mercancías tardan tiempo en pasar y eso afecta la oferta de productos.
Del lado externo, destacó que en Estados Unidos la inflación anual alcanzó una tasa anual de 8.6 por ciento y si la Reserva Federal de ese país no es más proactiva en su política monetaria, por lo que México seguirá “importando” inflación.
Proyección en tasa de interés
Ante un escenario en el que la inflación en México no ceda, el subgobernador señaló que sería factible pensar en aumentos de 75 puntos base en la tasa de interés de referencia, pero pensar en incrementos de 100 puntos base es algo que no se considera en la junta de gobierno.
“No hemos empezado a discutir 10 puntos (base), ya discutir 75 para nosotros es “wow” porque nunca se había dado, estamos hablando de 2008 para acá que tampoco es mucho tiempo, pero el banco siempre es muy prudente y cauteloso tanto para subir, como para bajar, entonces para nosotros subir 75 es mucho, yo no creo que se dé subir 100, sería mejor 75, dos o tres veces consecutivas, porque si subes 100 después, no puede seguir 100 y 100”, indicó.
En este contexto, el economista consideró que la tasa de interés de referencia podría llegar a 10 por ciento, pero eso estará en función de los datos y también de las acciones que tome la Reserva Federal de Estados Unidos.
Crecimiento económico
Respecto al crecimiento del país, el subgobernador de Banxico recalcó que los pronósticos más optimistas apuntan a un aumento de 2.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), ninguno alcanza a tocar 3 por ciento y una explicación es que la inversión no fluye, "La inversión pública es un complemento de la privada y si no hay infraestructura y la que hay se deteriora, la privada difícilmente va a crecer".
El subgobernador expuso que la inversión dejó de crecer desde 2015, no es cuestión sólo de este sexenio, pero en 2020 se desplomó y una causa es que el gobierno federal ve al sector privado como el enemigo a vencer, “eso no son nunca va a generar crecimiento, el gobierno tiene que buscar al sector privado como su aliado para juntos crecer y si sigue ese antagonismo permanente no va a suceder”, mencionó.
Para él, las reuniones entre la cúpula empresarial y el gobierno representan “diálogos vacíos o monólogos cruzados”, y lo que se necesita no es que hable con los dirigentes empresariales, sino con los empresarios de más abajo para entender sus necesidades y resolverlas, para así crear incentivos directos para la inversión.
Riesgos
En este contexto, Jonathan Heath considera que el riesgo más grande que existe es que no se supere la pandemia de covid-19, porque si no cede, no se van a resolver las distorsiones y disrupciones que provocó, “necesitamos regresar y tener una movilidad de 100 por ciento y estar como estábamos antes”.
Otros riesgos se relacionan con la posibilidad de que las causas internas de la inflación se vuelvan estructurales y sigan afectando los precios, porque será más difícil combatirlas y superarlas, a esto se suma que también en el ámbito externo, la inflación mundial se vuelve estructural y que se presenten presiones en costos laborales, por los aumentos al salario mínimo.