Con la saturación de puertos y una mayor demanda de madrinas ante la llegada de nuevas marcas, la industria automotriz registró un aumento de 35 a 40 por ciento en el costo de logística terrestre, muy por encima de la inflación general de 4.79 por ciento.
Directivos y representantes del sector confirmaron a MILENIO esta alza, misma que decidieron absorber para evitar que sus autos no salieran de mercado (cancelaría ventas) y dañaría su imagen ante los consumidores.
“Hoy lo que nos afecta como industria es la logística y es algo que nos ocupa, estamos colaborando entre marcas para mejorar los tiempos y lo único que necesitamos es ajustar variables en el mercado como la logística terrestre y portuaria. Nos conviene que trabaje en forma”, dijo Raymundo Cavazos, director general de Volvo Cars México.
Por su parte, Luis Lozano, presidente de Toyota Motor de México, señaló a MILENIO que para la industria “el primer reto es la estabilización del producto y el mercado”.
“Tenemos que platicar de infraestructura de puertos en zonas del Pacífico, en la Infraestructura de trenes. Sabemos muy bien que se ha incrementado mucho del flujo de vehículos que están entrando por la costa del Pacífico y eso ya está comenzando a elevar costos”, comentó.
Ah-Kin Vázquez, presidente y director general de Mitsubishi Motors México, explicó que ellos vieron este aumento en el costo de logística terrestre porque los transportistas vieron el reto de mantener un alto ritmo en este tipo de servicios.
“Hay un aumento en las tarifas porque ellos se tardan mucho en cargar y descargar vehículos y cobran más los choferes por viajes realizados, y todo eso se repercute en costos adicionales (…) Y esto al final se ven en clientes insatisfechos que eso es lo más dañino para nosotros, eso es algo que nos pega mucho, el retraso, y estamos viendo cómo lo evitamos a como dé lugar”, expuso.
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Contó que ellos como empresa buscaron todas las eficiencias posibles para que los buques que traen sus autos del extranjero atraquen lo más pronto posible, cercano a la fecha de arribo al puerto, pues remarcó que los sobrecostos que incurren las navieras las terminan pagando ellos.
“Esos sobrecostos no los pagan las navieras, nos los cobran, entonces al final los tenemos que absorber nosotros porque no podemos pasarlo al precio del vehículo porque no saca de mercado”, explicó Ah-Kin Vázquez.
Previamente la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (Amanac) y la Asociación Mexicana de Empresas para la Atención de Cruceros Turísticos (Amepact) reportaron que les cuesta de 3.6 a 5.9 millones de pesos por barco atorado en puerto de una a dos semanas.
El presidente y director general de Mitsubishi expuso que ellos incluso pusieron una oficina directamente en el puerto donde importan sus autos, Lázaro Cárdenas, para estar cerca de los movimientos del puerto.
Distintas empresas automotrices también tuvieron que buscar alternativas ante la falta de madrinas para poder mover rápidamente sus autos, usando incluso plataformas que les permitan sacar más rápido sus vehículos de los patios de los puertos.
Lista de espera
Ante la necesidad de madrinas, comenzaron las peticiones de este tipo de remolques; sin embargo, distribuidores de automotores afirman que la necesidad de este tipo de transportes no es único de México, es de toda la región de Norteamérica, por lo que les comunican que se podría tardar hasta dos años la entrega de los mismos.
“Ahora el principal punto crítico es sobre el equipo aliado, que es el remolque especializado y en los tiempos que nos comparten las empresas de autotransporte es hasta dos años de espera, hay una insuficiencia en la región y en el mundo y por ello la crisis que estamos enfrentando”, expuso Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
Una marca china que está por llegar a México, comentó a MILENIO que para evitar retrasos ya firmó un convenio con una transportadora que acababa de obtener 20 madrinas nuevas y que serán dedicadas exclusivamente a esta marca, además de otras que contratarán según su demanda de entrega.
Mientras que Miguel Elizalde, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact), aclaró que el cuello de botella no proviene de los productores de equipo pesado con motor, mismos que cumplen en menor tiempo sus entregas.
“Sabemos que es un reto tener las madrinas, y que hay pedidos que pueden tomar unos meses y hasta dos años, pero en el caso nuestro, ahora tenemos empresas con stock con tractocamiones y otras con 6 a 8 meses de entrega, no somos el cuello de botella”, dijo.
Con información de Jesus H. Hernández