En 2014 se realizó la incorporación del actual Sistema de Etiquetado Frontal de Alimentos (SEFAB) o Guías Diarias de Alimentos (GDA), hoy nuevamente la discusión se encuentra en torno a este tema que ha puesto en alerta a la industria y ha abierto el debate sobre el impacto de estas medidas en temas de políticas de salud pública, entre otros.
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En mayo de este año el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) se pronunció sobre este tema y dijo que el etiquetado GDA es deficiente e incomprensible para la población del país. Expuso que este debe ser cambiado por uno de advertencia que reduzca y controle el problema de sobrepeso.
La instancia señaló entonces que realizó un estudio de comprensión sobre el actual sistema de etiquetado y dijo que solo 12.5 por ciento de estudiantes de licenciatura pudo leer de forma correcta el actual etiquetado; el tiempo promedio de lectura de este fue de 3:34 minutos.
Hoy se votará un dictamen mediante el cual se reformarían y adicionarían artículos a la Ley General de Salud respecto al etiquetado frontal de advertencia para alimentos y bebidas no alcohólicas.
“Ese (el actual) es un etiquetado diseñado por la industria y que los organismos de Naciones Unidas empezaron a denunciar que era engañoso y representaba un riesgo a la salud. Tiene un criterio de azúcar que representó un riesgo a la salud y lo puso Cofepris, que estuvo al servicio de la industria, nunca creó una mesa de trabajo como en la que estamos ahorita, sino que el etiquetado lo puso junto con la industria”, señaló en entrevista con MILENIO Alejandro Calvillo, director de la asociación El Poder del Consumidor, que ha dado seguimiento a los cambios en el etiquetado.
Nuevo etiquetado
El tema ya ha sido aprobado en la Comisión de Salud y hoy se discutirá en el Pleno de la Cámara de Diputados. El proyecto contempla el establecimiento de un etiquetado al frente de los productos que permita a los consumidores conocer cuando alimento o bebida esté alto en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías y los que se consideren en la Secretaría de Salud.
Por su parte el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, A.C. (ConMéxico) se pronunció en contra de este etiquetado de advertencia que dijo le costaría a la industria cerca de 5 mil millones de pesos, un monto similar a la incorporación del GDA.
“No tenemos como economía ninguna necesidad de estarnos autogenerando baches y desaceleraciones económicas e incluso en el contexto en el que estamos. Cuando se toman estas decisiones se está perdiendo lo más por lo menos, porque tienen la oportunidad de educar y se genera un bache a la economía”, expuso Lorena Cerdán, presidente del organismo empresarial.
Expuso que en el tema de etiquetado existen muchos retos pero que la propuesta de etiquetado de advertencia con base en el caso chileno es un retroceso.
“Muchos gobiernos emprenden este tipo de políticas y nunca publican una relación costo-beneficio. No tenemos información oficial en el que se diga que con cierta política pública hubo algún efecto”, señaló.
En conferencia la directiva reconoció que el actual etiquetado puede tener dificultades de lectura y que cuenta con áreas de oportunidad, pero que es un tema sobre el que se debería pensar en replantear y rescatar lo que sirve.
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Calvillo dijo que con esta discusión ha habido un cambio radical pues no existe la concepción de que la industria tiene el control sobre el tema.
“El etiquetado de enfrente del producto no está hecho para dar la información integral de éste. Si tú quieres ver, comparar, eso está atrás y es una información compleja. Lo que se ha propuesto es que al frente del producto exista información muy rápida de leer, fácil y que sea sobre los ingredientes que están generando por tener alta concentración en bebidas o alimentos y que haya un letrero que diga que está alto en calorías, grasas, etcétera. Y que sea sencilla de leer. Ellos quieren confundir a los consumidores”, expuso.
En tanto, la directiva de ConMéxico instó a las autoridades a que exista una iniciativa abierta de colaboración entre la industria y el gobierno para que económicamente y comercialmente pueda estar al servicio de las personas; aunque expuso que desde el sector que representa no se tiene una propuesta aún de de cómo podría darse la representación gráfica de esta.
El organismo señala que el etiquetado de advertencia impide la descripción del producto, no reconoce tamaños por porciones, elimina el derecho a la información del producto y la comparación y que deja a las personas sin poder de decisión.
¿Qué sigue?
De aprobarse la discusión pasaría al Senado y de votarse a favor del cambio del etiquetado se tendría que hacer la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para que entre en vigor la reforma a la Ley General de Salud.
“Hay otro proceso que ya es el más específico que está en el Poder Ejecutivo y que depende de Cofepris y de Secretaría de Economía, ellos coordinan el equipo de trabajo de modificación a la Norma 051, de etiquetado. Ahí se menciona el tipo de etiquetado, su diseño, dónde tendría que ir, sus colores, a partir de qué concentraciones de sal, azúcar, grasas saturadas, etcétera, tendría que estar”, explicó Alejandro Calvillo.
Dicho proceso, expuso, se espera que se ponga a consulta pública en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria en un par de semanas.
GGA