El Banco de México (Banxico) mantuvo sin cambios sus previsiones de crecimiento económico para el país en un rango de entre 2 y 3 por ciento para 2018, de entre 2.2 y 3.2 por ciento para 2019, pero en un entorno con riesgos tanto en la nación como en la economía mundial.
El banco central dijo que “el dinamismo mayor al anticipado de la actividad económica en el primer trimestre del año en curso podría conducir a que el crecimiento para 2018 en su conjunto se ubique en el rango superior de dicho intervalo”.
Durante la presentación del informe trimestral de inflación del periodo enero-marzo de 2018, el gobernador del banco central, Alejandro Díaz de León, destacó que entre los riesgos para el crecimiento de la economía se encuentra la incertidumbre asociada al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Asimismo, destacó el riesgo de que la incertidumbre relacionada con el proceso electoral ocasione que diversas empresas pospongan sus planes de inversión o que los consumidores reduzcan su gasto, y también de que se observen episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Otros riesgos se relacionan con un escalamiento de medidas proteccionistas a nivel mundial y que la competitividad de la economía mexicana se vea afectada por diversos factores, externos o internos.
La trayectoria de crecimiento esperada para el resto del año y para 2019 se basa en la previsión de una moderada reactivación de la inversión privada y el gasto en ciertos proyectos de infraestructura pública, así como del fortalecimiento de la demanda externa.
Para la inflación general, el gobernador del instituto indicó que se estima que continúe disminuyendo, pues ya se ha visto una clara reducción, aproximándose a lo largo del año hacia el objetivo de 3 por ciento a tasa anual, y que en 2019 se ubique en niveles cercanos a dicha meta.
Previó que el indicador termine en 3.8 por ciento este año, dentro del rango objetivo del organismo, y para 2019 ajustó a la baja su previsión de 3.2 a 3.1 por ciento.
Estas previsiones consideran que se dé comportamiento ordenado del tipo de cambio, ausencia de presiones provenientes del mercado laboral y que la inflación no subyacente continúe disminuyendo en lo que resta de 2018 al ritmo previsto.
Sin embargo, existen riesgos para la inflación relacionados con la posibilidad de que la cotización del peso continúe presionada en respuesta al entorno de mayores tasas de interés externas, la fortaleza del dólar y la incertidumbre por la renegociación del TLCAN y el proceso electoral.
Además, que se presenten choques en los precios de los bienes agropecuarios y presiones al alza en los precios de algunos energéticos y, considerando las condiciones cíclicas de la economía, la evolución de los costos unitarios de la mano de obra podría presionar a la inflación.
MCM /GGA