El Banco Mundial instó a los países a implementar políticas públicas de salud enfocadas en la prevención de pandemias devastadoras, pues la evidencia científica revela que han aumentado los brotes de enfermedades infecciones emergentes (EID, por su sigla en inglés), en un contexto en el que el mundo aún sigue trabajando en la contención del covid-19 y sus efectos.
De acuerdo con el documento Dejar atrás las pandemias: invertir en una sola salud para reducir los riesgos de enfermedades infecciosas emergentes, los costos de prevención son sólo alrededor de un tercio del costo del de la preparación y menos de 1 por ciento de lo que implicó el covid-19 en 2020, pues cuando la economía mundial se contrajo 4.3 por ciento, se perdieron alrededor de 3 mil 600 millones de dólares en bienes, servicios y otros productos para atender la emergencia de salud pública.
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Brotes de enfermedades infecciones emergentes
El Banco Mundial explicó que desde 1980 el ritmo de los brotes de EID ha aumentado a una tasa anual promedio del 6.7 y desde 2000 la cantidad de brotes ha crecido a varios cientos por año, debido, en gran parte, a que los humanos extendieron su huella global, alterando hábitats naturales y acelerando el contagio de microbios animales a las poblaciones humanas.
Señaló que 75 por ciento de las EID y casi todas las pandemias conocidas son el resultado de un mayor contacto entre animales y personas, lo que provoca más de mil millones de infecciones humanas y un millón de muertes cada año. Esto, junto con el creciente movimiento de bienes y personas en todo el mundo, ha demostrado la facilidad de propagación y la volatilidad de los EID.
Inversión para prevenir enfermedades
Ante este escenario, el organismo internacional instó a los legisladores, gobiernos y la comunidad internacional a invertir en la prevención de pandemias y alejarse del enfoque habitual basado en la contención y el control, pues sus estimaciones sugieren que los costos de prevención, que equilibrarían y optimizarían de manera sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas, oscilarían entre 10 mil 300 y 11 mil 500 millones por año, en comparación con el costo de gestionar pandemias que asciende a unos 30 mil 100 millones de dólares al año.
“En última instancia, la prevención es un bien público mundial, no se puede excluir a ningún país de los beneficios y no hay límite para el número de países que pueden beneficiarse. Desafortunadamente, existe una falta de inversión crónica en prevención y los países deben tomar medidas; además, cuando la prevención es exitosa, los beneficios son invisibles y no se manifiestan como crisis que demandan atención inmediata”, indicó.
"Es mejor prevenir que curar. El covid-19 ha demostrado que un riesgo de pandemia en cualquier lugar se convierte en un riesgo de pandemia en todas partes. El costo de la prevención es extremadamente modesto en comparación con el costo de gestionar y responder a las pandemias”, dijo la directora gerente de Políticas de Desarrollo y Asociaciones del Banco Mundial, Mari Pangestu.
AMP