Los alimentos, bebidas y tabaco, así como los servicios de alimentación como taquerías, fondas y restaurantes son los genéricos que más han contribuido al alza de la inflación durante los últimos 12 meses, y componen hasta 62 por ciento del aumento de este indicador, aseguró Omar Mejía Castelazo, subgobernador del Banco de México (Banxico).
En una Cátedra impartida en la Facultad de Economía de la UNAM, el subgobernador explicó que a lo largo del incremento de la inflación que se ha mantenido en el último año, la contribución de los componentes de la inflación fue de acuerdo a la evolución de los choques externos.
“Los choques de oferta típicamente tienen efecto en los precios de unos pocos bienes, por ejemplo, hay fenómenos climáticos que pueden afectar las cosechas y así impactar el precio de algunos alimentos, o un choque geopolítico que lleve a la reducción de la oferta en términos del precio del petróleo”, explicó.
Agregó que los grupos que componen la ropa, calzado, accesorios, muebles y aparatos domésticos, así como en los energéticos también se han visto impactados por los choques de inflación y contribuyen con el 11 por ciento de los incrementos.
Sin embargo, dijo que estas presiones comenzaron a mitigarse en los últimos meses, tras alcanzar su nivel más alto de 8.7 por ciento para septiembre, en la primera quincena de abril la inflación para México se ubicó ya en 6.24 por ciento.
Explicó que, como respuesta a estos efectos, el banco central comenzó a incrementar su tasa de interés de referencia y acumuló 725 puntos base, para ubicarla en 11.25 por ciento, lo que representa un terreno restrictivo para la economía, por encima de la inflación; es decir inhibe el gasto, el crédito y la inversión a fin de reducir la inflación.
Por ejemplo, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) mostraron que el incremento de la inflación aumentó considerablemente el precio de las tortas, tacos, restaurantes y loncherías, durante la primera quincena de abril se registró un incremento de 11.75 por ciento en el costo de estos productos y servicios, el más alto para un mismo periodo desde el año 2000.
Mejía Castelazo añadió que, aunque sean muy pocos los productos que se vean afectados por choques inflacionarios, estos pueden tener un peso importante en la canasta de consumo, lo que puede llevar un alza importante de la inflación general.
Otra característica de los choques de oferta es que tienen un impacto de una sola vez, o temporal, sobre el precio de los productos como puede ser una tormenta que afecte la cosecha de jitomate, esto podría llevar a que se eleve su precio en ese periodo.
“La política monetaria puede hacer poco en este tipo de eventos, el banco central no puede hacer nada por aumentar la oferta de tomate y así reducir su precio y hay que recordar que la política monetaria opera con rezago y algunos de estos choques tienen efectos transitorios y si se ajusta la tasa para combatir este tipo de aumentos, la política monetaria comenzaría a actuar y afectar a la economía cuando este choque ya se hubiera desvanecido”, finalizó.
SNGZ