El Banco de México (Banxico) advirtió que un repunte de casos de covid-19, no solo podría atrasar aún más la recuperación económica, lo cual implica daños colaterales en el empleo, sino que además la pandemia representa un riesgo considerable para el panorama productivo en el mediano plazo, generando daños estructurales en la economía.
De acuerdo con la minuta de la reunión de política monetaria del 12 de noviembre, uno de los riesgos para la actividad económica es un rebrote de la pandemia y a pesar de noticias alentadoras sobre la posibilidad de contar con una vacuna, aún no hay certeza sobre cuándo estaría disponible o de algún tratamiento efectivo para el virus, ni sobre cuánto tiempo tomaría la producción y distribución de éste, una vez que esté disponible, de modo que pueda verse un impacto económico relevante.
Además, algunos miembros de la Junta de Gobierno del Banxico resaltaron en la reunión que persisten otros riesgos para el crecimiento económico, tales como afectaciones a las finanzas públicas y su posible impacto en las condiciones de acceso a los mercados financieros.
Indicaron que a lo anterior deben agregarse otros riesgos externos de índole económica, política o geopolítica, los de naturaleza idiosincrásica que enfrenta el país, así como episodios de aversión al riesgo, tensiones comerciales y problemas de solvencia de hogares y empresas.
Pausa en tasa de interés no es el fin del ciclo de relajamiento monetario
En este contexto, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno coincidió en mantener el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día en 4.25 por ciento; Jonathan Heath votó por disminuirlo a un nivel de 4 por ciento. Todos coincidieron en que la decisión de mantener sin cambios la tasa de referencia constituye una pausa a fin de confirmar una trayectoria convergente de la inflación a la meta y algunos mencionaron que ésta no debe considerarse como el fin del ciclo de relajamiento monetario.
Hacia delante, todos señalaron que las decisiones de política monetaria dependerán de la información disponible, en particular de la evolución de los factores que inciden en la inflación.
Un miembro consideró que se necesita una tasa todavía más baja para ayudar al proceso de recuperación, agregó que la inflación se encuentra en la trayectoria prevista y la brecha del producto se mantendrá muy negativa por un largo periodo, lo cual da espacio para continuar el ciclo actual de relajamiento como lo ha hecho la gran mayoría de los países.
Refirió que la tasa de interés real (ex-ante) aún es positiva y que hay margen antes de alcanzar un nivel de cero o negativo. Notó que, ante la dificultad de instrumentar mayores estímulos fiscales, se necesita una política monetaria más expansiva y que se señalice que permanecerá así por un largo tiempo.
Además, destacó que el estímulo monetario debe seguir complementándose con medidas que incrementen la liquidez, atiendan el funcionamiento del sistema de pagos y fortalezcan los canales de financiamiento hacia las micro, pequeñas y medianas empresas.
Financiamiento a la empresas
En este sentido, la mayoría de los miembros de la junta comentó que el impacto de la pandemia continuó afectando al financiamiento a las empresas. La mayoría destacó la contracción del crédito bancario y algunos mencionaron que ello ha afectado principalmente a las pequeñas y medianas compañías, pues en septiembre el crédito a estas empresas registró una contracción anual de 6.3 por ciento.
Uno agregó que el financiamiento de la banca comercial a empresas y hogares continúa deprimido sin señales claras de mejora y sostuvo que esta situación está afectando fuertemente a los hogares, ya que el crédito vía tarjetas decreció a una tasa anual de 11.5 por ciento y otros tipos de crédito, como el de nómina, personales y automotriz, también se han estado contrayendo.
Ante esta situación, algunos señalaron que la contracción del crédito obedece a una baja demanda, uno añadió la falta de confianza empresarial, la incertidumbre jurídica y un ambiente adverso para la inversión, uno más mencionó que las instituciones financieras tienen una percepción de mayor riesgo de crédito, otro agregó que también se debe a condiciones más astringentes de los bancos y a la ausencia de suficientes garantías gubernamentales y uno opinó que la contracción se asocia a factores de oferta y a tasas de interés activas relativamente elevadas.
Ante este escenario, algunos aseveraron que es imperativo que la banca comercial y el gobierno impulsen el crédito a través de programas de garantías. Uno destacó que la disponibilidad del crédito no sólo depende de lo que haga el banco central, sino de las alternativas que ofrezcan los bancos; por tanto, sostuvo que es imperativo que la banca comercial también haga su parte en el proceso de reactivación económica, ya que la recuperación será más difícil sin una adecuada expansión del crédito bancario.
Mercados financieros
Con respecto al comportamiento en los mercados financieros, la mayoría de los integrantes de la junta destacó que las tasas de interés presentaron movimientos mixtos y acotados y aunque se registraron flujos de salida de valores gubernamentales, fueron menores a los observados en marzo y abril.
No obstante, algunos mencionaron que persisten riesgos para los mercados financieros y que no pueden descartarse nuevos episodios de volatilidad que podrían presionar al tipo de cambio. Uno destacó los riesgos asociados con el debilitamiento de las finanzas públicas, la frágil situación de Petróleos Mexicanos (Pemex), la incertidumbre sobre políticas internas y posibles incumplimientos en los términos del T-MEC, así como el proceso electoral de 2021.
Otro señaló que la reducción de la aversión al riesgo depende de la recuperación económica global, de los estímulos económicos posibles y del desarrollo de la vacuna. Apuntó que un retroceso en estos frentes aumentaría las primas de riesgo, la volatilidad financiera y presionaría al tipo de cambio.
Finanzas públicas complicadas
Al analizar el entorno en el que se encuentran las finanzas públicas, uno de los integrantes de la Junta de Gobierno indicó que las perspectivas para 2021 son complicadas, debido a la posibilidad de que los ingresos tributarios y petroleros sean menores a lo programado, esto en un entorno de agotamiento de los fondos de estabilización y un panorama poco favorable de crecimiento, que constituye uno de los principales riesgos para la calificación soberana y para la economía, tanto en 2021 como a mediano y largo plazos.
Algunos externaron preocupación por la situación de Pemex, agregaron que ello constituye un riesgo para la calificación soberana y destacaron la posibilidad de que la empresa requiera de apoyos fiscales adicionales, lo cual podría afectar a las finanzas públicas. Uno notó que en caso de recortes en la calificación de la deuda soberana y/o de Pemex, el balance fiscal podría deteriorarse aún más. Otro expresó que la posibilidad de una rebaja adicional en la calificación de Pemex ya ha sido incorporada por los mercados, por lo cual este evento debe dimensionarse de manera adecuada.
MRA