La pandemia y el posterior confinamiento de las personas afectó a tal punto a la iglesia católica que la Basílica de Guadalupe dejó de percibir 70 por ciento de sus ingresos, lo que provocó que se tuvieran que usar todo su fondo de ahorro, e incluso algunos de sus colaboradores donaron de sus bolsillos para las reparaciones del recinto.
En entrevista con MILENIO, monseñor Salvador Martínez, rector de la Basílica de Guadalupe, detalló que en los dos años más difíciles del covid-19, los ingresos del recinto se vieron fuertemente afectados por las restricciones que les impedían recibir a los fieles católicos, o realizar misas presenciales, afectando también la venta de las figuras y recuerdos religiosos, entre otras aportaciones.
“Para nosotros fueron los tiempos más difíciles, porque ya no teníamos los fondos, porque nos los fuimos gastando, fue al final de 2020 y principio de 2021”, expresó monseñor Martínez
Para la revisión y mantenimiento del recinto que mide aproximadamente lo que serían ocho pisos y tiene una superficie de casi 50 mil metros cuadrados, se invierte hasta 50 por ciento de los ingresos totales de cada mes, gasto que tienen que hacer sin falta para asegurar a los feligreses que se encuentran en un recinto seguro.
Apoyo de los servicios de los especialistas
El rector de la Basílica recordó que al no tener el ingresos suficientes para poder cubrir los gastos, tuvieron que pedir prestado su servicio a los ingenieros y especialistas.
Relató que en ese tiempo la situación fue tal que tuvieron que gastar los fondos de ahorro que como cualquier institución religiosa debe tener, en los temas de contingencia y laboral.
Incluso también perdieron parte de su personal: de los 525 colaboradores que tenían en todas las áreas en 2019, hoy tienen 475, es decir 50 menos entre los que se jubilaron, los que decidieron dejar de trabajar ahí o los que murieron.
Limosnas en línea
“Los fondos van en recuperación, aún no se ha logrado, porque la manera en que la Basílica tiene que afrontar sus compromisos no es solamente guardar dinero para previsión sino sobre todo solventar el funcionamiento de la Basílica (…) hay que estar revisando constantemente cada año los pilotos de control que evitan que sufra una ruptura estructural”, resaltó.
Para poder sustentar esta situación optaron por ingresar los datos de su cuenta bancaria al final de las misas que se realizaban en línea; también quienes cobraban más de 9 mil pesos al mes donaron una parte para poder sustentar los gastos, así fueran sacerdotes.
Según el reporte del segundo trimestre de 2022 de Data México, sobre la ocupación de sacerdotes, pastores y otros teólogos, el salario promedio de este personal en México es de 6 mil 400 pesos, aunque la Ciudad de México, entidad en donde se encuentra la Basílica, no está contemplada en este sondeo.
En 2014 el consultor inmobiliario Lamudi estimó que la Basílica de Guadalupe y su atrio tenía en ese año un valor comercial de aproximadamente 484 millones 148 mil 185 pesos.
Sin restaurar la antigua Basílica
Aunque monseñor Salvador Martínez afirma que con la llegada de más feligreses en noviembre pasado pudieron pagar sus deudas por la revisión del recinto, no han podido pagar la restauración de la antigua Basílica ni recuperar lo perdido de sus fondos.
“Ya cubrimos todos nuestros compromisos pendientes, ahora vamos a actualizar los pendientes desde el punto de vista de servicios (…) En la antigua Basílica, que es el templo expiatorio, actualmente tenemos que enfrentar una restauración importante de los frescos de la cúpula porque como no pudimos darle suficiente mantenimiento en 2021 se le coló la humedad”, lamentó.
La antigua Basílica de Guadalupe, ahora el templo expiatorio de Cristo Rey, es una construcción que data de 1709; en 1921 una bomba destruyó alrededor de 95 por ciento de la iglesia y fue hasta el año 2000 que el Instituto Nacional de Arqueología e Historia reabrió sus puertas, después de iniciar el proceso de reconstrucción en 1979.