Desde hace casi tres meses, jornaleros de campos agrícolas en el Valle de San Quintín, en Baja California, alzaron la voz denunciando malas condiciones laborales, sobre todo por la precaria paga que se les da por su trabajo, por lo que exigían un salario mínimo de 200 pesos al día.
Sin embargo, no todos los trabajadores del valle padecen esta situación. MILENIO pudo visitar los campos de la empresa Berrymex, que se dedica al cultivo de frutos rojos, para observar las condiciones laborales de sus empleados; se trata de una de las empresas emblemáticas en San Quintín, que tiene 16 años operando.
El pasado 17 de marzo, en esta comunidad los jornaleros comenzaron a realizar paros para exigir una mejor paga, prestaciones de ley y seguridad social; pero hay otra cara de la moneda, que es donde algunos pueden ganar hasta mil pesos al día.
En el valle existen cerca de 200 agricultores, de los cuales 25 se consideran “grandes empresas” y Berrymex es una ellas; en la temporada alta, que abarca de marzo a abril, emplea a 4 mil 600 jornaleros, pero a partir del conflicto esta cifra se redujo a 3 mil 500; en promedio, el salario es de 3 mil 800 pesos a la semana.
William Hedrick, vicepresidente de operaciones de Berrymex, dijo que antes de la huelga pagaban 8 pesos por cada jarra (aproximadamente litro y medio) de arándanos que recolectaban los trabajadores, y tuvieron que incrementarlo a 11.50 pesos; de estas jarras, hay jornaleros que llegan a “piscar” entre 80 y 100 al día.
Verónica Rivera Gonzalez, de 19 años, es jornalera de la empresa y ha llegado a ganar en promedio más de 3 mil pesos a la semana por jornadas laborales de 9 horas.
“En temporada buena puedes ganar 900 pesos o hasta mil pesos al día; además nos dan un bono por venir, por no faltar; lo máximo que he llegado a ganar son 4 mil 800 pesos y lo menos pasaditos de los 3 mil”.
Cada jarra recolectada es registrada por escáner, que al final contabiliza lo obtenido durante el día y se les paga al final de la semana; aseguran que además del pago cuentan con todas las prestaciones de ley.
A los trabajadores de la empresa que viven en la zona se les proporciona transporte para llegar todos los días a los campos, y los foráneos que vienen principalmente de Puebla, Veracruz y Chiapas tienen su propia villa construida en una extensión de 2 hectáreas, donde hay 68 viviendas; cada una es para 8 personas y tienen todos los servicios; además hay una zona de recreación, un comedor donde solo se les cobra 17 pesos por la comida y una clínica.
La temporada pico para los jornaleros es en marzo y abril, pero con el inicio de los paros muchos campos dejaron de producir. En el caso de Berrymex, se abandonaron 80 hectáreas de fresa y 15 de frambuesa.
La primera huelga duro 7 días y de ahí en adelante ha habido por lo menos ocho paros más que van desde un día a dos.
Algunos trabajadores narraron que lo más duro de todo es el temor de la gente, pues, dijeron, “parece como si se estuviéramos en guerra” ante las amenazas de las que eran objeto.
A la empleada Yesenia Antonio le aventaron piedras cuando esperaba el camión para ir a trabajar.
La empresa denunció que 20 de sus camiones de transporte para los trabajadores fueron siniestrados por los jornaleros inconformes.
“Esperamos regresar trabajar con calma y tranquilidad”, dijo Hedrick.
La Alianza por los Derechos de los Jornaleros de San Quintín, tiene prevista una reunión hoy con la Secretaría de Gobernación, donde se espera concretar el acuerdo del incremento salarial para un sueldo base de 200 pesos.