Para este regreso a clases los padres de familia se encontraron con aumentos de hasta 30 por ciento en los útiles escolares, muy por encima de la inflación general anual de 8.62 por ciento, por lo que la empresa de bolígrafos BIC apostó por elevar sus exportaciones para ayudar a controlar el mayor costo de producción y con ello el valor de sus productos.
En entrevista con MILENIO, Paula Griglione, directora general de la empresa en México y Ecuador, dijo que la planta de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, que es la más grande de la empresa a escala mundial, les permite atender a más de 40 mercados, principalmente a Estados Unidos, por lo que les ayuda ajustar también su atención al mercado local.
“En la filosofía de producción nuestra misión es usar el menor material necesario y con la calidad adecuada para mantener productos de buena calidad y con los mismos niveles de costo. En la planta de Cuautitlán se exporta a 47 países, principalmente a Estados Unidos, eso no ayuda mantener la planta y capacidad para dar el mejor valor por su dinero”, explicó.
Información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestra que el precio de los bolígrafos en un año se incrementó en alrededor de 28.6 por ciento, pero los productos BIC se mantuvieron con un aumento anual de 7.9 por ciento, por debajo de la inflación general.
“Trabajamos con distintas promociones, además de la estrategia de producción para soportar ciertas variaciones de costos (...) Este año es un regreso a clases pospandemia, los consumidores están muy atentos a la actividades promocionales para encontrar la mejor ecuación, hay muchas ofertas dónde el consumidor aprovecha”, explicó Griglione.
Sobre la recuperación del mercado de papelería, la directora observa que aún están por debajo de los niveles previos a la pandemia, pero hay segmentos que ya se recuperaron, como al que llaman “creatividad”.
“Esto sucede porque durante la emergencia sanitaria muchos padres apoyaron a sus hijos con materiales para que hagan uso de su creatividad y no solo se queden usando la computadora”, contó Griglione.