La falta de una regulación sobre la participación de las grandes empresas tecnológicas (también conocidas como BigTech) en la oferta de servicios financieros que antes solo lo hacían las instituciones tradicionales, puede poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero, advirtió el Banco de Pagos Internacionales (BIS).
El mayor problema, según un informe elaborado por el Consejo de Estabilidad Financiera del BIS, es que compañías como Google, Apple, Meta, Amazon y Mercado Libre se aprovechan de las grandes bases de datos que tienen para crear una amplia variedad de servicios, dándoles una ventaja para acaparar mercado sin la respectiva precaución de cuidar el sistema.
“Los modelos de negocio de las grandes tecnologías implican interdependencias complejas entre las actividades comerciales y financieras y pueden dar lugar a una concentración excesiva en la prestación tanto de servicios financieros al público como de servicios tecnológicos a las instituciones financieras; en consecuencia, las grandes tecnológicas podrían representar una amenaza para la estabilidad financiera en algunas situaciones”, detallaron.
Además, cabe la posibilidad de que los amplios vínculos con las instituciones financieras tradicionales pueden poner en riesgo al sistema, toda vez que pueden conducir a una concentración excesiva en la provisión de servicios al público y tecnológicos a las instituciones.
Sin embargo, estos riesgos solo pueden ser abordados parcialmente por el marco regulatorio existente, que impone requisitos a las entidades legales que realizan actividades reguladas, en lugar de al grupo de gran tecnología en su conjunto.
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A pesar de esto, el organismo reconoció que muchos grupos grandes de tecnología ya están sujetos a la regulación basada en actividades existente en áreas como la protección del consumidor, prevención al lavado de dinero y la lucha contra el financiamiento del terrorismo a través de sus subsidiarias que ofrecen servicios financieros regulados.
Pero también pueden adoptar medidas prudenciales tradicionales (como los requisitos de capital y liquidez) pueden no ser eficaces para hacer frente a los grandes riesgos específicos de la tecnología, pero “esos desafíos potenciales para la estabilidad financiera merecen una respuesta por parte de las autoridades reguladoras”, puntualizó el BIS.
Así, bajo estos marcos sectoriales, los riesgos derivados de la prestación de servicios financieros por parte de las grandes tecnológicas se abordan principalmente mediante los requisitos de licencia existentes para los servicios regulados.
Las entidades legales dentro de los grandes grupos tecnológicos que realizan actividades como la captación de depósitos o la suscripción de seguros deben poseer las licencias bancarias y de seguros correspondientes y cumplir con los requisitos prudenciales sectoriales.
Estos requisitos se aplican a nivel de la entidad jurídica que lleva a cabo la actividad (es decir, a nivel individual) y, dependiendo de la actividad realizada, a un nivel más amplio que incluye otras entidades dentro del grupo.