La biomimética es la base de innovaciones que actualmente permite a empresas farmacéuticas y químicas cosméticas investigar y desarrollar de forma más ética y responsable los maquillajes, medicamentos y cremas, sin hacer pruebas en animales o seres humanos.
Esta ciencia comenzó a enseñarse en universidades en los años 90 y habla sobre imitación de estructuras biológicas para fines de modernización humana: fue aquí de donde nació el human organ-on-a-chip.
Este desarrollo trata sobre células humanas cultivadas en placas de polímero –en forma de chip- que, conectadas por medio de tubos, recrean la función a nivel de órganos de un ser vivo y con ello emular cómo reaccionaría a la aplicación de ciertos químicos. Esto es una oportunidad millonaria de negocio.
La firma de investigación Straits Research proyecta que la industria de human organ-on-a-chip crecerá anualmente en promedio 30 por ciento en los próximos 8 años, alcanzando valor cercano a 450 millones de dólares para 2030.
Algunas firmas que hacen estos productos para farmacéuticas y químicas cosméticas son Emulate Inc., Tara Biosystems, AxoSim y Organovo, mismas que lograron captar en 27 rondas de levantamiento de capital casi 262 millones de dólares y que destinan para desarrollar y producir estos chips.
Una de las compañías que usa esta innovación es Natura, fabricante y comercializadora brasileña de productos de belleza y cuidado personal, mismo que, para no usar animales en pruebas químicas cosmética, utiliza estas “recreaciones humanas”.
“El sistema, activado por flujo de líquidos y soluciones que imita circulación sanguínea, permite a investigadores y científicos evaluar efectos de ingredientes tanto en interior, órganos, como al exterior, la piel, al mismo tiempo”, contó a MILENIO Roseli Mello, directora general de Investigación y Desarrollo de la empresa.
En 2022, Natura invirtió alrededor de 52.4 millones de dólares en innovación, 30.9 por ciento más que lo registrado un año previo y poco más del doble de lo que aplicaban en 2019, antes de la adquisición de Avon.
La bioquímica egresada de la Universidad de Sao Paulo mencionó que la implementación de este método permite entender si una materia prima sin datos históricos, como las semillas de algún fruto recolectado del Amazonas, resulta ser crítica o no en pruebas toxicológicas.
“La falta de datos y pruebas sobre una materia prima puede llevar a la reducción de la concentración aprobada o a la prohibición de su uso en determinados productos”, explicó.
Además destacó que los resultados de usar este método posibilitan el aumento en hasta 10 veces de las concentraciones de nuevas materias primas, favoreciendo su máxima potencia y eficacia cosmética.
“La tecnología representa un salto de calidad técnico-científico en la generación de datos de seguridad y ética”, agregó.
Impresoras de piel humana
Otra de las innovaciones de gran crecimiento en el mundo es la bioimpresión 3D, misma que permite desde células y componentes humanos reproducir piel bioactiva, que es capaz de generar su propio colágeno.
Esto también es una oportunidad de negocio millonaria, pues de acuerdo a Procedence Research puede alcanzar un valor de 8 mil 300 millones de dólares para 2030 porque crecerá en un promedio anual de 18.5 por ciento en los próximos ocho años.
“Cuando hablamos de impresión de piel, algunas personas piensan que es como un gran pedazo de tela, pero en realidad es del tamaño de un lente de contacto; sin embargo, a pesar de su tamaño, tiene todo lo necesario para realizar pruebas”, dijo la directora del equipo de I&D de Natura.
Explicó que para obtener una muestra de este órgano, usan piel sobrante de cirugías plásticas como una liposucción para obtener el material genético y depositarlo en la impresora.
Señalaron que estas pequeñas muestras de piel les permiten conocer cómo van a reaccionar distintos insumos naturales de la biodiversidad brasileña en la piel a través de un modelo muy cercano a la realidad.
“Cuando no hay información suficiente de la materia, reducimos su concentración en el producto para garantizar la seguridad, pero cuando se tienen muchos datos podemos saber que la materia es peligrosa, no hay que dar paso a las dudas”, finalizó.
EDD