Boeing anunció un descenso del 8 por ciento en sus ingresos trimestrales, a 16 mil 570 millones de dólares, la primera caída en siete trimestres, en un momento en que el fabricante de aviones estadounidense está ralentizando la producción de sus aparatos más vendidos tras el accidente aéreo de enero.
La compañía declaró que su consumo de efectivo en el primer trimestre, un parámetro muy valorado por los inversores, fue de 3 mil 900 millones de dólares, frente a los 786 millones negativos de hace un año.
No obstante, en marzo avisó de que el uso del flujo de caja libre sería de entre 4 mil y 4 mil 500 millones de dólares, más de lo previsto en enero, mientras Boeing lucha con una crisis que le ha obligado a reorganizar la dirección.
Las acciones operaban estables en las previas a la apertura de los mercados, tras subir 3.6 por ciento con anterioridad.
Desde el incidente sufrido en pleno vuelo el 5 de enero en un avión de Alaska Airlines, la Administración Federal de la Aviación (FAA) ha impuesto un límite a la producción de los 737 MAX, los aviones más vendidos de la compañía, además de pedir a Boeing que desarrolle un plan integral para abordar "problemas sistémicos de control de calidad".
El presidente ejecutivo, Dave Calhoun, que dejará el cargo a fines de año, dijo en una carta a los empleados el miércoles que Boeing se encuentra "en un momento difícil" a corto plazo. No obstante, reiteró que la empresa está ralentizando de forma deliberada el sistema para mejorar la calidad y la seguridad.
"Reducir las entregas puede ser difícil para nuestros clientes y para nuestras finanzas. Pero la seguridad y la calidad deben estar y estarán por encima de todo", añadió.
Los analistas han advertido de que la lentitud de las entregas podría retrasar los objetivos financieros y de producción de Boeing. El director financiero de la firma dijo el mes pasado que la empresa necesitará más tiempo para alcanzar un objetivo esbozado en 2022 de un flujo de caja anual de unos 10 mil millones de dólares para 2025 o 2026.
MRA