El presidente de la Ciceg, Alfredo Padilla Villalpando, manifestó que existe una creciente importación de calzado de contrabando y subvaluado, mismo que el año pasado ascendió a 50 millones de pares a nivel nacional, lo cual ha afectado a los productores de calzado guanajuatenses.
De acuerdo con la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato, durante el 2021 ingresaron al estado 96.45 millones de pares, de los cuales un total de 2.37 millones entraron de manera ilegal (mismos que debieron ser revisados en la aduana de Lázaro Cárdenas), lo cual ha representado un golpe directo para el sector, pues se estima que tan solo 500 millones de pesos dejaron de recibirse en el país a causa de la piratería del calzado.
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No obstante, más allá de las cifras o estudios específicos, para vislumbrar esta problemática basta con acudir a los tianguis de ciudades como León, donde los pares que normalmente se encuentran en 800 o más de mil pesos pueden adquirirse en sus versiones económicas por la mitad de su precio.
Es este sin duda uno de los factores que ayudan al consumidor a identificar cuando los pares que ha adquirido son piratas (principalmente cuando el diseño suele ser un tanto fiel al original); sin embargo, hay otros como las texturas, los colores, las diferencias en los logos o incluso la resistencia que permiten dar cuenta de ello.
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Guanajuato se caracteriza por la calidad de su calzado y por exportar el mismo a países como Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, Panamá, Chile y Honduras; no obstante, al interior del estado se consumen día con día pares de zapatos en 400 o hasta en 100 pesos, precios sin duda bastante accesibles.
Y aunque podría pensarse que esto resulta beneficioso para los consumidores, debido a los bajos costos, se trata de pares que se desgastan o rompen con bastante facilidad, lo cual trae consigo que al poco tiempo deban adquirir unos nuevos.
En este sentido, estamos hablando de calzado que no cuenta con los permisos necesarios para venderse en la entidad, y que más allá de perjudicar a los productores que deben cumplir con múltiples trámites y estándares de calidad, también golpean la economía de los consumidores, quienes al buscar adquirir un producto que está a la moda, recurren a la piratería al considerarla su opción más viable.
PCQG