En diciembre del año pasado México ocupaba el sitio 24 de las 40 naciones más atractivas para invertir en energía renovable, de acuerdo con el Índice de Atracción en Energía Renovable por País de EY, el país se enfilaba a buen ritmo hacia la descarbonización de su sistema eléctrico, algo que atraía a inversionistas no solo del sector, sino de todo aquel que busca fuentes de energía más eficientes para sus procesos y con menor impacto ambiental que el petróleo o el carbón. Hoy una avalancha de amparos trata de frenar las nuevas normas del sistema, que de acuerdo con analistas y empresarios va en retroceso.
Empresas como Bimbo, Walmart, Heineken, Modelo y Cemex, entre otras asentadas en el país, tienen entre sus metas a corto y mediano plazo lograr una operación ciento por ciento con energía eléctrica renovable, no solo por compromisos ambientales, sino por costos operativos.
Además organismos como Nafinsa, el Gobierno de CdMx, BBVA y FIRA han apostado a bonos verdes basados en energías limpias en los mercados de valores, por lo que las nuevas reglas del mercado eléctrico mexicano resultarán negativas para su negocio y la inversión, anticipan analistas.
El pasado 29 de abril el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) publicó el Acuerdo para garantizar la eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), por el que desde el pasado 3 de mayo se suspendieron las pruebas operativas para las nuevas centrales eléctricas eólicas y fotovoltaicas en el país; además no se autorizarán para aquellas que aún no han realizado operaciones comerciales, como reconocimiento a la emergencia sanitaria por el covid-19. La Sener, por su parte, publicó en el DOF una política que faculta al Cenace para rechazar solicitudes de estudios en un punto de interconexión a centrales con energía limpia intermitente.
La transmisión y distribución eléctrica está bajo la potestad del Estado y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es la encargada de prestar el servicio público de transmisión, por lo que su director general, Manuel Bartlet, explicó que las compañías privadas deben pagar parte del costo para asegurar el flujo continuo en la red eléctrica y resaltó que la red de transmisión “no está al capricho de los privados”.
Puntualizó que este costo no lo pagan las empresas generadoras de energía eólica ni fotovoltaica y él solamente defiende a la empresas que dirige; no obstante, "nadie ha tocado una artículo de la ley" y nadie está en contra de las energías renovables, la única intención es que el crecimiento de las energías renovables sea de forma ordenada.
Días después de la publicación, la agencia calificadora Moody's dijo que “la norma podría favorecer la distribución de energía por parte de las centrales eléctricas de CFE y aumentar los costos de generación, en lugar de tener los generadores más baratos, que son renovables, como los primeros en distribuir energía”.
Datos de Deloitte muestran que en 2017 México y Emiratos Árabes Unidos impusieron récords con las ofertas más bajas del mundo para las energías solar y eólica. El menor precio registrado en nuestro país fue de 20.57 dólares por megavatio-hora (MWh).
Para Juan Francisco Torres Landa, socio director de la firma internacional de abogados Hogan Lovells, desfavorecer los mecanismos de generación eléctrica más rentables, económicamente atractivos y menos agresivos con el medio ambiente, obedece a una visión de ayudar a Pemex y mejorar los costos operativos de la CFE.
“El combustóleo ya no saben dónde ponerlo y ya no se puede vender para transporte marítimo; el único lugar en el que se puede utilizar es en las plantas de CFE y ese es el combustible que se está generando por refinerías mal operadas. Es una apuesta equivocada, porque están apostando a una tecnología obsoleta, a una medida ambientalmente muy agresiva con un enorme contenido de azufre”, dijo a MILENIO.
Afirmó que se trata de “un error enorme” apostar por el combustóleo y presionar la generación de renovables, porque se manda un mensaje de incertidumbre que puede pegarle a la estabilidad de inversiones millonarias.
Futuro inmediato
Se estima que hacia 2050 la demanda de energía eléctrica se duplique en todo el mundo y de acuerdo con EY, se anticipa que las inversiones globales para transformar al sector eléctrico en los próximos 30 años sean de 27 billones de dólares, destinados principalmente a la generación de energía limpia como la solar, la eólica y la hidroeléctrica, por ser más rentable.
En México son varias las empresas que están ya en el camino de migrar por completo su consumo energético a renovables.
Entre sus metas en materia de sustentabilidad para 2025, Grupo Bimbo tiene la intención de llegar a 100 por ciento de uso de energía eléctrica renovable. Desde 2017 la compañía que dirige Daniel Servitje creó un área específica para dirigir este esfuerzo y en 2019 alcanzó 43 por ciento de su meta.
“Nuestro compromiso es hacer uso eficiente de los recursos naturales para preservar el medio ambiente y mantenerlo en las mejores condiciones posibles, a través de la reducción de desperdicios y la implementación de procesos de mejora continua en la cadena de valor”, explicó la empresa en sus resultados anuales.
Por su parte, Cemex señala que en los últimos diez años, redujo sus emisiones directas netas y brutas en 7.8 por ciento y 4.6 por ciento respectivamente, así como bajó al menos 30 por ciento en los parámetros normados por Semarnat para emisiones a la atmósfera en hornos de cemento.
Recientemente su filial Cemex Latam Holdings fue reconocida por CDP (carbon Diclosue Power) por bajar 20 por ciento la emisión de CO2 por tonelada de productos cementantes, parte de eso se debe a uso de energías renovables como solar e hidráulica, señaló la compañía.
En la misma línea, Walmart de México, la mayor cadena de autoservicio, planea llegar en los próximos cinco años a su meta de usar 100 por ciento energía renovable para sus operaciones. Actualmente se abastece de seis parques eólicos y dos plantas hidroeléctricas.
Según su último reporte, durante 2018 suministró energía renovable a 84 por ciento de sus unidades en el país. Además, de acuerdo con la compañía, cerca de 44 por ciento de sus proveedores hace uso de este tipo de energía.
“Seguimos siendo el líder en consumo de energía limpia, redujimos 5 por ciento nuestras emisiones GEI vs 2015”, expuso la empresa en sus resultados.
Por su parte, la cervecera Heineken reportó en 2018 que más de 9.0 por ciento del consumo de electricidad para su producción proviene de fuentes renovables. Su meta hacia 2030 es aumentar el nivel a 70 por ciento, lo que se traduciría en una reducción de 80 por ciento en sus emisiones de CO2 por producción.
Del mismo modo, en 2018 alrededor de 8 por ciento de la energía total adquirida por Grupo Modelo era renovable y su meta hasta el año pasado era aliarse con compañías de energías verdes para convertir sus cerveceras y verticales en ciento por ciento sustentables en materia energética.
Mercado financiero
Las nuevas reglas al sistema eléctrico nacional también pueden suponer un riesgo para el crecimiento del incipiente mercado financiero sustentable en el país.
En 2016, paralelo a la formación del Consejo Consultivo de Finanzas Verdes (CCFV) -un organismo representativo del sector financiero mexicano que busca promover el financiamiento de proyectos y activos de inversión que generen impactos ambientales positivos- se desarrolló una agenda de finanzas verdes que incorporó a asociaciones, bancos multilaterales y de desarrollo, bancas de inversión, agencias calificadoras, inversionistas institucionales y organizaciones no gubernamentales.
Fue ese año cuando el Gobierno de Ciudad de México colocó su primer bono verde, convirtiéndose en la primera ciudad en América Latina en obtener financiamiento a través de este instrumento.
Además de ese bono, existen otras señales de mercado y avances relevantes; por ejemplo, la Consar (Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro) promovió la integración de factores ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) en la toma de decisiones de inversión. Para diciembre 2018, 51 inversionistas institucionales que manejan en conjunto 4.5 billones de pesos, se declararon a favor de la revelación de información ASG en alianza con el CCFV.
De acuerdo con información de la Bolsa Mexicana de Valores, de 2015 a la fecha, se han realizado cinco emisiones de bonos verdes, por un total de 10 mil 100 millones de pesos. Los emisores han sido Nafinsa, Gobierno de la CdMx, BBVA y FIRA. En bonos sustentables ha habido nueve colocaciones, por un monto de 20 mil 660 millones de pesos. Los emisores han sido Rotoplas, Banobras, Gobierno de Ciudad de México y Vinte.
MCM